"Reconoce, agradece, se feliz". Así podríamos titular las
lecturas de la eucaristía a la que Jesús nos invita a participar HOY.
Tú, que estás leyendo estos puntos, párate y reflexiona: ¿Por qué
lloras? ¿Qué más le estás pidiendo al Señor que haga por ti?
Son muchos los pasajes de la Biblia que nos enseñan que el comparar lo
que otros tienen y yo no, crea en nosotros una profunda infelicidad y nos impide
reconocer los dones que el Señor nos concede, especialmente en dos parábolas:
• el hijo mayor y el hijo pródigo.
• los primeros jornaleros y los últimos.
¿Qué les faltaba a estos primeros para ser verdaderamente felices?
Pidamos al Señor la gracia de reconocer lo recibido, de agradecer lo vivido y ser así verdaderamente felices.