En este día podemos aceptar la invitación del Señor por medio del
evangelio que nos dice que cuanto pidamos lo recibimos de él, si guardamos sus
mandamientos y hacemos lo que le agrada. Pero hay una cosa que debemos pedir y
debemos también esforzarnos por alcanzar de Dios por medio de Nuestra Madre; y
es que creamos verdaderamente a Jesucristo en nuestro vivir, no solo en la
mente; sino en la vida y que nos amemos unos a otros tal como El Señor nos ha
mamado y nos lo ha mandado. Todo ello podemos materializarlo en pequeños
detalles con el prójimo que convivimos en nuestra vida. Esos pequeños detalles
de amor, caridad, comprensión, apoyo, etc. Mil y un detalles que debería
constituir parte de ese vivir nuestra fe en Nuestro Señor Jesucristo.
De
esta manera podemos levarles esa luz grande que es JNS hecho pequeñito por amor
a nosotros a los que habitan en tierra y sombras de muerte.
Así como Jesús recorría proclamando el evangelio, curando toda enfermedad y toda dolencia del cuerpo. Así también nos envía como discípulos e instrumentos de su palabra a pasar por nuestra vida haciendo el bien y procurando llevar el evangelio y la verdadera vida a nuestros hermanos; que es su mandato de amor al prójimo como él nos ha amado.