Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu
Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
Entre los días 18 y 25 de enero estamos celebrando el octavario
de oración por la unidad de los cristianos. Con esta semana la Iglesia
busca la unión de todos los cristianos en un único Señor. Igual no le estamos
dando importancia suficiente a esta semana. Las iglesias protestantes, por un
lado, los anglicanos por otro y los católicos a lo nuestro. Hay que buscar
puntos de unión, y orar por ello es fundamental. Es el deseo del Señor: “No
solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de
ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn
17, 21-21).
El Evangelio que leemos hoy en la Eucaristía del día nos habla de la
importancia de la unidad: “Un reino dividido internamente no puede subsistir;
una familia dividida no puede subsistir”. Por eso, desde la contemplación y
acción debemos responder a la llamada que nos hace el Señor: Que todos sean
uno. ¿Qué vas a hacer tú para responder a esta misión?
Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. Ella nos dijo: “haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5). Ella es la intercesora del hombre y nos conduce a lo que Dios quiere.