Las lecturas constantemente nos
llaman a la conversión. Nos recuerdan una y otra vez nuestro "no cansarse
nunca de estar empezando siempre".
En la primera lectura se nos pone en alerta.
Nos recuerda que no sirve solo conocer la Palabra de Dios, que hay que hacerla
vida.
Para esta conversión el Salmo nos invita a
tener buena memoria. A recordar y contar las maravillas que ha hecho Dios en
nuestra vida.
Me parece que podría ser una oración preciosa
para el día de hoy. Repasar la acción de Dios en mi vida y en agradecimiento
contárselo a alguien.
En el Evangelio Jesús nos regala la clave para
recomenzar está conversión: el perdón de los pecados.
Por último, entrañable también el ejemplo de
los compañeros que se implican para ayudar a su amigo. Aquí encontramos otra
clave más para nuestra conversión: la vida de comunidad.
Dejarnos llevar a Dios por los que nos rodean y dejarnos afectar por los problemas de los que nos rodean y ofrezcamos la vida para llevarlos a Dios.