23 mayo 2023, martes de la 7ª semana de Pascua. Puntos de oración

En el evangelio, Jesús, orando al Padre (Jn 17, 1-11), parece que está pensando en san Pablo. Y nosotros también podemos tomar fuerzas de esa oración, para nuestra tarea de testimonio ininterrumpido, en lo cotidiano. 

Y es que Pablo llega a despreciar la vida por seguir la vocación a la que fue llamado: ser testigo del Evangelio. Se dice pronto, pero él reconoce lo que supone: sirviendo al Señor con toda humildad, con lágrimas y en medio de las pruebas que me sobrevinieron… Dando solemne testimonio a judíos como a griegos, para que se conviertan a Dios.

Coherencia, valentía y testimonio que le conducen irremediablemente a la entrega total: me dirijo a Jerusalén, encadenado por el Espíritu, de ciudad en ciudad, y me da testimonio de que me aguardan cadenas y tribulaciones. ¿Dónde residía entonces su fortaleza? Bendito el Señor cada día/ Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación. / Nuestro Dios es un Dios que salva, / el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. (Salmo 67)

Qué bonito que Jesús haya pedido “por ellos, que están en el mundo”. Ahí estamos cada uno de nosotros y nuestra vida cotidiana. Como sabe de nuestras debilidades, nos hace un inmenso regalo: Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros.

Santa María, alcánzanos coherencia entre lo que creemos y vivimos, llevando con sencillez y valentía el precioso regalo de la fe que hemos recibido.

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