28 mayo 2023, domingo de Pentecostés. Puntos de oración

Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido;
 luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; 
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

Hoy celebramos, junto a toda la Iglesia, el día de Pentecostés. Con esta invocación al Espíritu Santo nos ponemos en presencia de Dios y pedimos que venga su Espíritu. Leemos despacio esta invocación al Espíritu Santo una vez más. Ven Espíritu Divino…

Ven Espíritu, ven y lléname, Señor, con tu preciosa unción. Purifícame y lávame, renuévame, restáurame, Señor, con tu poder. 

Pentecostés es el cumplimiento de la Pascua y su plenitud, es el comienzo de una presencia, la del Espíritu en la Iglesia y en cada uno de sus miembros: una presencia dinámica que actúa en el tiempo. 

El Espíritu Santo se queda con nosotros, se queda dentro de nosotros, es un permanecer activo, que nos transforma, nos moldea y nos hace crecer en el camino de nuestra historia, de nuestra fe, de nuestro amor a Dios y a los hermanos.

A lo largo de la historia de la Iglesia y de nuestra vida, el Espíritu Santo nos enseña todo y nos recuerda, haciéndolas comprender, las palabras de Jesús. Él, que es el amor mismo de Dios, nos lleva a amar a Jesús. 

Que hoy, especialmente, y siempre, nos acordemos de pedir luz al Espíritu Santo, ante las acciones más cotidianas del día y ante las decisiones más relevantes de nuestra vida. El Espíritu Santo, con su acción desbordante, dará respuesta a nuestras necesidades y nos colmará de sus siete dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

Ven, Padre de los pobres; ven, dador de dones; ven, luz de los corazones. Consuelo perfecto; dulce huésped del alma; dulcísimo alivio. En el trabajo, descanso; en el calor, refugio; en el llanto, consuelo.

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