16 septiembre 2011, viernes de la XXIV semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Hoy podemos centrarnos de una manera especial en la primera lectura para hacer nuestro tiempo de oración.

Petición: Comenzamos, como siempre, pidiendo al Señor que todas nuestras acciones, pensamientos, sean para su mayor gloria y alabanza.

Ideas: La primera lectura de hoy nos marca dos modelos de hombre, dos formas de estar en el mundo, que cada día podemos observar simplemente con ver la televisión o leer un periódico.

  • Podríamos en primer lugar, leer la lectura actualizando lo que en ella se dice a nuestro mundo. ¿Podría pensar en situaciones actuales en las que se dé lo que San Pablo aconseja a Timoteo?
    • Si alguno enseña otra cosa distinta, sin atenerse a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que armoniza con la piedad, es un orgulloso y un ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discutir atendiendo sólo a las palabras. Esto provoca envidias, polémicas, difamaciones, sospechas maliciosas, controversias propias de personas tocadas de la cabeza, sin el sentido de la verdad, que se han creído que la piedad es un medio de lucro.
  • ¿Quién habla de cuestiones inútiles y discute sin buscar la verdad basándose sólo en la dialéctica? ¿Puedo ver envidias, polémicas, difamaciones, sospechas malicias, controversias de personas que no buscan la verdad, que creen que la piedad es un negocio? A mí, personalmente enseguida se me ha venido a la cabeza toda la polémica con la JMJ, de lo que costaba, de los enfrentamientos en la calle por parte de indignados, de quienes difaman… Pero seguro que cada uno encontramos situaciones similares en otros…
  • …, o en nosotros mismos. Este sería el siguiente punto a orar. Señor, que no caiga yo e esa trampa. Porque sí, también nosotros podemos caer en la polémica, en la diatriba, en las controversia que no busca la verdad ni se acerca a las personas… ¡Hagamos revisión de vida! Y malo será si no soy capaz de darme cuenta de esos momentos que tengo en la vida de fallos y pecado. ¿O en vedad puedo decir como San Pablo
    • cuando uno se contenta con poco. Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él. Teniendo qué comer y qué vestir nos basta.
  • … o más bien vamos buscando tener cosas y la avaricia y el materialismo se nos mete en el cuerpo? Y es que la vida es un combate, como concluye el apóstol,
    • ‘Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
  • La vida es milicia, lucha, y de ello hemos hecho profesión ante muchos testigos, un ocho de diciembre, y ante todos los ángeles y santos de la corte celestial, meditando en ejercicios al Rey Eternal. Pidámosle luz y fuerza al Señor para esa lucha en el día de hoy.

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