Si te has acercado a preparar tu oración de mañana sábado 17 de septiembre y has comenzado leyendo las lecturas, y ahora sigues con las ideas que te pueden ayudar a crecer en tu vida espiritual, estás en el camino seguro porque te abres a la gracia y al don del Espíritu, condición imprescindible para responder siempre haciendo su voluntad. De otra manera, lo que nos indica san Ignacio al entrar en los Ejercicios que debemos haber hecho todos o esperamos hacerlos: “Grande ánimo y liberalidad”. No solo para los Ejercicios, sino para la oración de cada día: Hay que ir con un corazón abierto y generoso a escuchar lo que nos va a decir en ese rato que le dedicamos de forma exclusiva a Él que lo merece todo y todo se lo damos.
1º “Salió el sembrador a sembrar su semilla”. Primero salió. Es necesario salir; salir de nosotros mismos si queremos orar, si le queremos escuchar, olvidarnos de nuestras cosas. Siempre tenemos que estar saliendo, siempre atentos a su voz pues nos habla en cada momento, el único que tiene para hacerlo; pero si nos encuentra distraídos,…El sembrador: la oración es una siembra y quiere poner en nosotros su semilla que es el Reino de los Cielos. Ese Reino que está dentro de nosotros, que está aquí, que no acaba. ¿Cuál es la semilla? Es su Palabra de vida eterna, que no acaba, que nos hace felices, nos transforma, nos convierte en esos hombres nuevos. Y esto cada día, cada momento, en la oración y después en todo lo que tengamos que hacer durante el día.
2º Nos pone cuatro casos donde puede caer la semilla: el camino, las piedras, las zarzas y la tierra buena. Ya sabemos lo que ocurren cada caso y nos calificamos y lo hacemos según nosotros y lo hacemos mal. Tenemos que mirarle a Él que es misericordia infinita y todos los casos los transforma en tierra buena. Somos peores jueces con nosotros mismos. ¡Ay! Si conociéramos su misericordia, el abismo de piedad de su corazón, cuánto cambiaría nuestro ser y avanzaríamos, estando seguros de que es el Señor quien nos lleva de su mano. Es el camino de abandono y confianza por donde la llevó a santa Teresita cuando dice: “Mi camino es de confianza y abandono”. Reconoce que Jesús, le ha concedido la gracia de ver su pequeñez e insignificancia, que no da un paso sin su gracia.
Pide esta gracia para ti, mañana, pon tu tierra abierta sin titubeos, que Él pondrá la semilla y dará el crecimiento y el fruto.
Mira a la Virgen, esa fue su actitud, su disposición puso su tierra y dijo al Señor: “He aquí la esclava, hágase en mí su voluntad”.
3º “El Señor es bueno, su misericordia es eterna”. Entremos por estos caminos sin miedos pues san Agustín dice que Dios ama lo que hace en ti y lo que tú haces lo desprecia pues lleva tanto de ti,…