Soñando con la oración de mañana, con el rato en que le vamos a dar a Jesús el placer de no dedicarnos a otra cosa sino a Él. De estar en su presencia quemando nuestro tiempo como incienso. De estar en su presencia para que nos transforme, porque como ya se sabe, la oración de la buena es la que el Espíritu Santo hace en nosotros y esa es tan interior que no pasa por la mente y con frecuencia, esta y la imaginación se dedican a vagar por la estratosfera soñando tonterías. Pero según dicen los que saben, esa es oración de la buena, a pesar de las distracciones.
En todo caso nosotros nos vamos a disponer con ilusión como si fuésemos a tener un rato de oración discursiva, de pensar y luego saldrá…
Hay varios temas en el candelero: La reciente Jornada Mundial de la Juventud, los ejercicios para los que los han hecho, las próximas fiestas de la Virgen y Jesús (8, 12, 14 y 15de septiembre), cualquiera de esos temas te pueden constituir una fuente importante para preparar la oración.
Yo te propongo algo más discursivo. Lee la primera lectura y luego el Evangelio: Si tu hermano peca, repréndelo a solas, si…
¿Te lo han hecho a ti alguna vez? ¿En qué momentos, como lo has asimilado, has cogido rabia al que te lo dijo? ¿Te has auto disculpado para no cambiar, viendo los resquicios de razón que tenías tú en el tema que te afearon?
¿Lo has practicado tú alguna vez? Si lo has practicado, eres capaz de distinguir en qué grado lo hiciste por bien de tu prójimo y en qué grado para desahogarte tú mismo, es decir, por tu bien? De esto depende mucho la eficacia de la reprensión. Si me dicen algo y noto lo más mínimo de que el otro lo dice para quedarse contento él, seguramente no me sirve mas que para enfadarme y la mejor verdad, envuelta en este ropaje me parece inútil y que llevo yo la razón.
Mira como lo practicó Jesús. Pídele algo de este tipo. Dale gracias por algo. Recibir estas anotaciones es un estupendo camino apara la humildad y por tanto para la santidad. Tengo un amigo, profesor que una vez tuvo una actuación desafortunada en clase pues afeó a un alumno de forma excesiva. Se quejaron los padres en la dirección y el director junto con otro cargo directivo le llamó y se lo anotó. Trabajaba en un Instituto donde se da poco eso de las anotaciones y me contaba que le pareció que había supuesto un cierto esfuerzo desagradable para el director y su compañero y para él un bien y al día siguiente, en agradecimiento, se presentó con unos pastelitos para ambos.
Ahora podemos pensar en la última parte. Al final: si dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Además de en la Eucaristía, Jesús está en mas sitios, como en este. Con presencia distinta, pero está. Piénsalo, vívelo.
Los renglones anteriores hablan de la petición. De la eficacia de la petición. Por cierto el famoso libro “Una fuente de Energía” del P. Heredia, que es tan bueno y está tan agotado, aparece en Internet a disposición de todos. Por ejemplo en:
http://www.obracultural.org/textospdf/fuente%20de%20energia.pdf y en otros sitios.
Volviendo al tema, aquí hay un problema de fondo. ¿Todo lo que pido me lo da, aunque sea la luna, aunque sea que mi hijo se convierta (es decir, que se convierta y además sea como a mi me gusta que sea) independientemente de su libre voluntad…? El tema tiene mucho fondo y me supera a mí y al papel de que dispongo, pero puedes pedir el Espíritu Santo que como dice Lucas 11 seguro que te lo da.
Pues puedes entretenerte un rato pidiendo fe y el Espíritu Santo y luego viendo las veces que lo practica Jesús, que aún siendo Dios, también lo practicó.