9 septiembre 2011, viernes de la XXIII semana Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Al bajar Jesús de la montaña, donde había elegido a los doce apóstoles, empieza en S. Lucas lo que los autores llaman “el sermón de la llanura” (Lc. 6,20-49), que recoge diversas enseñanzas de Jesús, como había hecho S. Mateo en el “sermón de la montaña”.
  • El miércoles pasado, vimos las bienaventuranzas: Lc. 6,20-26
  • El jueves, fue el amor a los enemigos: Lc. 6,27-38
  • Y hoy viernes, recomendaciones varias, a modo de comparaciones: Lc. 6,39-42
TRES COMPARACIONES
1ª Un ciego no puede guiar a otro ciego.
2ª Un discípulo no será más que su maestro.
3ª No debemos fijarnos tanto en los defectos de los demás, sino en los nuestros.
Iª UN CIEGO NO PUEDE GUIAR A OTRO CIEGO.

39. Les dijo también una parábola: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
1. Las palabras anteriores del Maestro son realmente sorprendentes. Les ha dicho:
a. “Bienaventurados los pobres…”
b. “¡Ay de vosotros los ricos..!”
c. “Amad a vuestros enemigos…”
d. “Prestad sin esperar nada a cambio...”
2. Yo me imagino que todo esto les haría pensar mucho, y al mismo tiempo les habría un nuevo campo de vida y de acción…
3. Agudo contraste con los predicadores de su tiempo. La gente no podía por menos de notas la diferencia.
4. Así que ahora Jesús les explica el sentido de este contraste que experimentan al escucharle.
5. Sin decirlo, lo dice: los líderes (predicadores, maestros, padres; cualquiera que ejerce influencia o tiene responsabilidad sobre otro…) puede ser ciego.., y utilizando un lenguaje parabólico pregunta: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? La respuesta esperada es “¡Por cierto que no!” La pregunta siguiente es: “¿No caerán los dos en el hoyo?” Y la única respuesta lógica es: “Sí, caerán”.
6. ¿Qué es lo que se trata de dar a entender? Jesús advirtió contra la ceguera. Dijo que la ceguera conduce a dos resultados trágicos:
a. El hecho de ser un líder no garantiza que uno camine en la luz…
b. El hecho de ser un líder no garantiza contra las caídas…
c. Veamos algunos textos iluminadores:

i. Mt. 5,19-20
ii. 1 Tim. 1,7
iii. 1 Tim. 6,3-5
iv. 2 Tim. 4,3-4
v. 2 Pe. 2,1
vi. 2 Cor. 4,3-4
vii. Ef. 4,17-18
IIª. UN DISCÍPULO NO SERÁ MÁS QUE SU MAESTRO.
40. “No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.”
1. ¿Qué pensarían los apóstoles al escucharle?
a. La mayoría de ellos eran hombres de muy poca educación. Eran “ignorantes y sin letras” (Hch.4,13).
b. ¿Cómo iba a ser posible que ellos, discípulos del Maestro, tomaran el lugar de los sabios y entendidos escribas, hombres ejercitados en la ley y en la tradición…?
c. Si la distancia entre ellos y los escribas era grande… ¿Qué decir de la inconmensurable distancia entre ellos y su Maestro, Jesús..?
2. Con una enorme ternura y amor, el Maestro les asegura que una preparación completa bajo su dirección hará que ellos, si la reciben, sean como su Maestro…
3. Casi siempre, cuando nos fijamos en el tema maestro-discípulo, el pensamiento se nos va al campo del conocimiento y no al de la vida. También aquí se cumple la palabra del Señor:
a. Por eso el discípulo no puede esperar un trato mejor…
b. Ni puede esperar más de este mundo que su Señor…
c. El discípulo no puede esperar tener más honra, alabanza, reconocimiento o estima…
d. No puede esperar tener más confort, reposo o placer…
e. El Señor sufrió, se humilló y se negó a sí mismo por amor al mundo y sus necesidades.
f. El discípulo como seguidor del Señor, hace lo mismo, se niega a sí mismo, a efectos de alcanzar al mundo para su Señor.
IIIª. NO DEBEMOS FIJARNOS TANTO EN LOS DEFECTOS DE LOS DEMÁS, SINO EN LOS NUESTROS.

41. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

42. ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.”
1. La viga es un pesado trozo de madera que se usa para sustentar la techumbre de un edificio. La “brizna” o la “mota” es un trocito minúsculo e insignificante de materia, casi imperceptible a la vista, pero molesta en el ojo cuando en el se introduce...
2. Ahora Jesús pregunta a los oyentes, ¿cómo es que puede estar alguien preocupado mirando una mota en el ojo de su hermano con el deseo de sacarla.., cuando el mismo tiene una viga en el suyo…?
3. La pregunta siguiente pudo ser: ¿Quién es ese pretendido oculista? Respuesta: se llama “hipócrita”
a. Hipócrita, es la palabra que generalmente utiliza Jesús para caracterizar a los escribas y a los fariseos de su tiempo (Lc.12,56; 13,15; cf. Mt. 6,2,5,16; 7,5; 15,7; 22,18; 23,13-15; 24,51; Mc. 7,6).
b. Eran una clase de personas que confiaban en sí mismos, teniéndose como justos y que menospreciaban a los otros (Lc. 18,9).
c. Por lo tanto, se alude a cualquier persona que tenga una disposición farisaica.
d. En el corazón de todos, incluyendo a los seguidores de Cristo, en la medida de que la gracia no ha realizado una completa transformación.., se alberga un fariseo, por lo cual este pasaje también se aplica a todos, en el sentido de que todos necesitamos examinarnos a nosotros mismos.
e. Una persona puede ser muy buena ante sus propios ojos, sin embargo, si no es humilde, según Dios lo ve, hay una viga en su ojo…
f. El final de las palabras del Señor: “entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.” Nos habla del propósito del Señor de que no nos desalentemos en una disciplina mutua, para que unos a otros nos podamos ayudar. ¿Quién no ha sacado alguna vez una mota del ojo de su hermano con la punta de un pañuelo…? ¡Y qué agradecido queda la persona, que pasivamente se deja hacer, por ese pequeño servicio que le evita una enorme molestia..!
Recogiendo los deseos e las intenciones de este rato de oración.., bien podríamos pedir al Señor que nos concediera su Gracia para:
1. Ver y ser guías de quien no ve.., no puede.., no ama...
2. Llegar a ser un discípulo amado del Maestro…
3. No perder de vista nunca, nuestras pobres limitaciones y miserias.., si queremos servir de verdad a los demás…

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