Hoy celebramos la fiesta de santa Teresa del Niño Jesús y puede ser la materia de
nuestra oración. El P. Tomás Morales hizo de esta santa una maestra en la escuela de la
vida cristiana y en concreto en el tema de la perseverancia. Ella enseña a “no cansarse
nunca de estar empezando siempre aunque aparentemente nada se consiga”; fórmula fundamental de nuestra santidad. Su enseñanza inspira una confianza audaz y sin límites en Dios, nuestro
Padre.
Teresita es la santa más grande de los tiempos modernos.
La publicación de unos
cuadernos –no excesivamente cuidados– que escribió por mandato de la superiora y
llamados Historia de un alma –una de las autobiografías espirituales más leída de todos los
tiempos– han hecho furor en el siglo xx, han contribuido a la conversión a muchos lectores y ayudado
a replanteamientos nuevos sobre el sentido de la vida y el modo de
emplearla. Quizá estos hayan sido los más preciados milagros entre los muchos que se le atribuyen y el cumplimiento de su misteriosa promesa «después de mi muerte dejaré caer una lluvia de rosas».
Santa patrona de las misiones con san Francisco Javier y doctora de la Iglesia nos enseña a caminar con confianza
en el camino de la
santidad por un caminito enteramente nuevo, con la novedad eterna del Evangelio: «El más pequeño de vosotros es el más
importante». «Si no os
hacéis como niños no entraréis en el Reino de
los cielos». Descubrió, esta santa, el camino de la infancia espiritual y se ha convertido para millones de cristianos en
doctora de
vida cristiana.Digámosle al Señor en este día: lo que yo no puedo, tú lo puedes Señor. Con ese abandono de Job que le decía a Dios: aunque
me
quites la vida, esperaré en Ti.