14 octubre 2012. Domingo de la XXVIII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

  1. Oración preparatoria hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en pie en presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.” (EE 46)
  2. Petición (utilizamos la oración colecta de la Misa de hoy): Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por Jesucristo nuestro Señor.
  3. Puntos para orar: Imaginar la escena del evangelio de hoy. Jesús mira con cariño a ese que se le acercó corriendo por el camino. Le propone un “más”, pero las riquezas que tiene le atan el corazón y se pierde la riqueza que Jesús le ofrece. Y eso que tenía el corazón puro y buscaba sinceramente a Dios. Pero las riquezas nos pueden ofuscar la vista. Y los apóstoles entienden bien esta vez lo que Jesús les dice: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!” ellos deseaban ser ricos, o se sentían ya ricos y consideraban que todos lo desean, por eso exclaman: “Entonces, ¿quién puede salvarse?” Y Pedro le expone a Jesús que ellos ya lo han dejado todo por él. Y Jesús les dice a sus discípulos,(es curioso que no se lo dijera al rico que se le acercó antes de que se marchara), que los que le sigan y lo dejen todo por él no serán pobres sino ricos y heredarán la vida eterna. Luego ¿A qué riquezas se refiere Jesús como las que dificultan entrar en el reino de los Cielos? ¿Acaso no promete a sus discípulos que serán ricos si lo dejan todo y le siguen? ¿es la forma de ser ricos la que nos facilita a nos dificulta seguir a Jesús? El rico que le consulta se fue triste y se quedó con sus riquezas que prefirió a Cristo. Los que lo dejan todo y siguen a Jesús tienen su promesa de hacerles ricos y de llenarles de alegría (con persecuciones) ahora y en la vida eterna. El que se lanza a esta aventura de seguir al Señor, que nos quiere hacer ricos, no queda decepcionado. Meditar en esto o en otra cosa que nos sugieran las lecturas de hoy. Pedirle al Señor que nos ilumine en saber dejarlo todo por su amor y esperarlo todo de él. Pedirle a la Virgen que nos acerque a Jesús aunque nos pida el sacrificio de dejar nuestras riquezas. Seguirle y dejar que nos haga ricos con sus riquezas.
  4. Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen.
  5. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para enmendarlo.

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