10 noviembre 2013. Domingo de la XXXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Siete puntos para siete hermanos

Este domingo las lecturas de la misa nos hablan de la resurrección, en torno a dos narraciones protagonizadas por siete hermanos. Pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine su sentido y nos descorra el velo del misterio de la resurrección. Nos centraremos en siete puntos, uno por cada hermano, tomando como pie el evangelio.

1. Acercaron. Acercarse a Jesús. Los saduceos lo hicieron con malas intenciones, para intentar ponerle en ridículo con una historieta capciosa. Nosotros lo hacemos en nuestra oración para estar con Él, para conocerle mejor y para amarle más. ¿Acerco mi vida a la tuya, Jesús, en la oración y en el resto del día?

2. Maestro. Los saduceos se dirigen a Jesús con ese título. Y nosotros ¿cómo nos dirigimos a Él en nuestra oración? Jesús es nuestro Maestro, y hoy nos va a enseñar cómo es la resurrección... Pero es mucho más que nuestro Maestro... ¿Cómo quieres, Jesús, que te llame?

3. Resurrección. Los saduceos no creían en la resurrección, y por eso intentaban mostrar a Jesús con esta historia lo ridículo que era creer en ella. Pero ¿son ellos los únicos que no creen en la resurrección? Me comentaba esta tarde una vecina que habían ido a su casa dos testigos de Jehová, y que le preguntaron si creía en la resurrección. Ella les contestó que los católicos creíamos en ella, como decimos en el Credo. Y le replicaron: “Es que nos hemos encontrado con muchos católicos que no creen en la resurrección...” Preguntémonos hoy: ¿Y nosotros? ¿Hasta qué punto creemos en la resurrección y mueve ella nuestra vida?

4. Estáis equivocados. Jesús no entra en la trampa y desenmascara a los saduceos. Les reprocha que su falta de fe proviene de no comprender las Escrituras ni el poder de Dios. Y es que la fe (en la resurrección, pero también en los demás misterios) crece al acercarnos a la Palabra y al ir experimentando el poder de Dios. Jesús, si Tú mismo eres la Palabra ¿te “leemos” y te comprendemos? ¿Creemos de verdad en tu poder?

5. No es Dios de muertos, sino de vivos. “Porque para Él todos están vivos”, explica el evangelio de hoy. Y Jesús dice a Marta en Betania: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?” También hoy nos dirige Jesús esta pregunta: ¿Crees esto? ¿Crees que por la fe en mí no morirás para siempre? ¿Crees que vivirás, porque Yo soy la resurrección y la vida?

6. Hijos de Dios. Y es que los que creen en Cristo ya no pueden morir, como dice el pasaje de hoy: “son hijos de Dios, porque participan en la resurrección”. Somos hijos de Dios. ¿Nos tomamos en serio esto? ¿Acudimos a Dios como a nuestro Padre?

7. Oírlo. “Al oírlo la gente se admiraba de su enseñanza”. Así termina el pasaje paralelo de san Mateo. ¿Y nosotros? ¿Nos admiramos de la enseñanza de Jesús? ¿Nos admiramos de esta verdad de fe capaz de dar alas a nuestra esperanza y reorientar toda nuestra vida?

  • Santa María. Siete puntos seguidos –uno por cada hermano–... y un punto final. En las dos narraciones hay una mujer. Y este punto final va dirigido a la Mujer por excelencia. Podemos pensar en María como la madre que, como la de los siete hermanos de la primera lectura, es testigo de todos nuestros sufrimientos, nos reconforta, nos dirige hacia Jesús (“Haced lo que Él os diga”), y nos lo muestra como la resurrección y la vida, que Ella goza eternamente. Amén.

(Nota: se pueden repasar estas ideas en la secuencia 6432157; con las iniciales saldrá una palabra clave que nos ayudará a retener los puntos de los 7...

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