13 noviembre 2013. Miércoles de la XXXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Conscientes de nuestra incapacidad para orar y dar gloria al Padre, invocamos la fuerza del Amor y la ayuda de nuestro hermano Jesús.

Con la protección de la Madre nos sentimos seguros “aunque no sienta nada”.

Preparando esta oración, me doy cuenta que el Evangelio del pasado día 13 de Octubre es el mismo que nos ofrece hoy la liturgia (Lc. 17,11-19). Si te ayuda “repetir”, según el sentido ignaciano, puedes volver sobre aquellas ideas. Si no, te propongo tomar como fuente de reflexión la 1ª lectura (Sab. 6, 1-11) y el Salmo 82 (81), 3-4.6-7. Asimismo te dejo las oraciones que van guiando la liturgia (como el ADN del sentido que nos quiere transmitir este día). Busquemos en ellas el alimento que puede saciar nuestra alma ó bien “el despertador” por el que el Señor nos lleva a un diálogo consigo.

Introducción

Los reyes judíos eran representantes de Dios ante el pueblo en virtud de su unción. Ahora viene el autor del Libro de la Sabiduría y nos dice que también los gobernantes paganos han recibido su autoridad de Dios. Y deben ejercerla sabiamente para hacerlo bien según la ley del mismo Dios, porque tienen que rendir cuentas a él.

Oración Colecta

Señor Dios nuestro: de ti procede todo lo que somos y tenemos; te debemos sobre todo la vida, el perdón y el amor, a través de tu Hijo Jesucristo.

Te pedimos hoy nos concedas un corazón agradecido. Que seamos  agradecidos por las cosas buenas, no solamente  por tener suerte en la vida o por la felicidad de sentirnos realizados, sino también por la alegría de que en Jesús hasta el sufrimiento y la muerte tienen sentido. Acepta nuestra acción de gracias, Padre Bueno, por Jesucristo nuestro Señor.

  Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios, Padre nuestro:

En esta eucaristía celebramos la Acción de Gracias de Jesús, tu Hijo.

Señor, tenemos mucho que agradecerte.

Con este pan y vino déjanos alabarte y darte gracias porque por la pasión de Jesús podemos vencer en nuestras luchas, y por su resurrección conseguimos el valor para vivir, para ser creativos y para impregnar todo lo que  hacemos con la profundidad del amor de Jesucristo nuestro Señor.   

Oración después de la Comunión

Señor Dios, Padre nuestro: Acepta nuestra gratitud por las personas que has puesto en nuestro camino: los que nos ayudan en tiempo de necesidad o los que nos recuerdan que no podemos ser plenamente felices mientras haya muchos hermanos y hermanas que sufren. Que logremos la conciencia de tener que ser agradecidos entregándonos a los otros, como tú te entregaste a nosotros por medio de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Bendición

Hermanos: Hemos oído a Jesús decirle al ciego samaritano: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado.” Que ojala hayamos oído también nosotros esas mismas palabras del Señor, mientras le dábamos gracias en esta eucaristía.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y les acompañe siempre.

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