28 noviembre 2013. Jueves de la XXXIV semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Al comenzar la oración de este día y poniéndonos en la presencia de Dios, nos sentimos acompañados por el pasaje de Daniel, de la primera lectura, en el que se narra su fidelidad a la oración.

Los que le espiaban lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios. Es una buena manera de permanecer en la vida y, que, los que nos persigan sea precisamente por fidelidad a nuestro Dios. Le acusan de que tres veces al día hace oración a su Dios. No estaría nada mal que cada uno de nosotros viviésemos con esta costumbre arraigada de tal modo, que aunque nos amenacen con la muerte, como a Daniel, no la dejemos nunca.

Comenzar con esta composición de lugar nos adentra en la liturgia de estos últimos días del año litúrgico.

Una invitación evangélica:

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación

No es destrucción o muerte lo que se nos anuncia, aunque haya que pasar por ellos, sino que lo que se acerca es la salvación en la persona del Emmanuel, Dios con nosotros.

Tres ideas para nuestra reflexión amorosa en el Señor:

1.      Que como Daniel, cuidemos nuestra oración personal también en las dificultades.
2.      Todos los poderes y señores de la tierra tienen fecha de caducidad y serán destruidos.
3.      La salvación está más cerca que cuando comenzamos. Se acerca velozmente.

Acabamos este rato de oración pidiéndole a María que nos haga maestros  en el trato con el Señor.

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