9 noviembre 2013. Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán – Puntos de oración

Historia de esta fiesta: según una tradición del siglo XII se celebra hoy el aniversario de la dedicación de la basílica construida en el Laterano en Roma, que es la Catedral de Roma, la sede del obispo de Roma. Por su importancia se celebra en toda la Iglesia, pues esa basílica es la madre de todas las iglesias del mundo, como dice la expresión latina “urbe et orbe”. Se celebra esta fiesta en señal de amor y de unidad con la catedra de Pedro, con el Papa Francisco en este momento histórico.

Oración: “señor que has querido que tu pueblo se llamara Iglesia, haz que reunida en tu nombre te venere, te ame y te siga, y guiada por ti, alcance el Reino que le has prometido”

El sentido de esta fiesta, espiritualmente, nos lleva a dar gracias por la Iglesia. La iglesia que es la casa de la oración, de la alabanza, de la intercesión. Lugar donde Dios se hace presente en medio de nuestras casas, del ajetreo de la gente, del ir y venir de la vida.

La Iglesia es la casa donde nos reunimos, donde celebramos la fe, donde cada domingo el pueblo cristiano renueva el gozo de ser hijos, no en soledad sino en el gozo de la comunidad.

El Beato J.H. Newman decía: “la iglesias no son fruto de un asunto de dinero, o la obra de una artista, son fruto de martirios y sufrimientos, Sus fundamentos son muy profundos y descansan sobre la predicación de los apóstoles, sobre la confesión de fe de los santos… todo lo que hay de noble en su arquitectura, que cautiva los ojos y llega al corazón es un don de Dios, es una obra espiritual”

En el evangelio Jesús llama al templo “la casa de mi padre” y esto tiene que reflejarse en las actitudes de corazón de los fieles. EL valor del templo está en que impulse la auténtica relación con Dios, y junto a ello la auténtica relación con los otros.


En un mundo como el que vivimos en que tantos abarrotan otros templos, cines, estadios, centros comerciales discotecas… renovemos nosotros hoy nuestro amor a la Iglesia y sintámonos dichosos de haber sido hechos miembros de este templo de Dios desde el día de nuestro bautismo.

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