Como Pedro nosotros también nos dirigimos a la gente intentando que comprendan que Jesús es el Mesías. El Papa Francisco en Evangelii Gaudium nos dice en el número 268:
“Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene, pero allí mismo, si no somos ciegos, empezamos a percibir que esa mirada de Jesús se amplía y se dirige llena de cariño y de ardor hacia todo su pueblo. Así redescubrimos que Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado.”
Necesitamos tener pasión por Jesús como la tiene Pedro y ahora su sucesor Francisco. Al mismo tiempo una pasión por la gente que nos rodea. Queremos como ellos hacer posible que conozcan a Jesús y su vida se transforme como un día se transformó la nuestra.
“Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.”
El Señor es mi Pastor por eso no temo nada. Seguimos siendo discípulos pero a la vez nos toca ser pastores de aquellos que nos rodean. ¿No sabemos cómo? “Nada temo, porque Tú vas conmigo”
“Si, obrando el bien, soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.”
Con estas palabras nos advierte Pedro que aun haciendo el bien podemos ser perseguidos. Pero seguimos sus huellas y para esto hemos sido llamados. “El Señor es mi Pastor nada me falta”
“Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.”
En el Evangelio san Juan nos dice que Jesús es la puerta. Nosotros hemos entrado por esa puerta y estamos alegres. Hagamos que otros encuentren esa puerta y como nosotros, estén siempre alegres.