Mi primer momento para hacer estos minutos de oración personal con el Señor
es ponerme en su presencia y hacer el ofrecimiento de todas las obras de este
día. Siguiendo a san Ignacio de Loyola, nos pide que al momento de iniciar
nuestra oración lo hagamos así: “Es pedir gracia a Dios nuestro Señor,
para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas
en servicio y alabanza de su divina majestad”.
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Pablo se puso en pie y, haciendo seña de que se callaran, dijo:…
Es lo que se nos pide
continuamente, ponerse de pie para decir, para no callar todas las cosas que
van sucediendo en nuestra ciudad que debemos comentar, opinar para no ser un
mueble de la casa.
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Lo depuso y nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré
a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis
preceptos."
Somos personas de confianza, ¿o
nos dejamos llevar por la corriente?, ¿cómo es nuestro comportamiento?, ¿qué
debemos hacer para ser conforme a su corazón?, ¿debemos dejarnos llevar por
todo lo que Dios nos diga?
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Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que
lo envía.
Debemos reconocer quién es el amo
o su criado, ¿cómo debe actuar un criado? y ¿cómo debe actuar un amo?, si
nosotros somos los criados debemos hacer aquello que Dios nos manda.
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Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me
recibe al que me ha enviado.
Recibir a aquellas personas como
hijos de Dios para que seamos, unidos a Él, un mismo cuerpo y un mismo hacer
¿Cómo debe ser mi actitud ante la unión que hemos de tener con los hermanos?