1. SANTA MARÍA DE LA MERCED. Un buen momento para hacer “repetición” de los hitos marianos de este
mes, 8, 12, 15, la magna semana mariana que hasta hoy proyecta esta “sombra
alargada”.
Esta tierna advocación mariana nos lleva a la imagen de la Virgen rompiendo
cadenas, custodiando y liberando presos y cautivos. Siempre recordaré la de
Valladolid, la que presidió en varios momentos las celebraciones de nuestras
Jornadas con nuestros siervos de Dios, P. Tomás Morales y Padre Eduardo. Una
primera invocación: ¡Madre de la Merced, hazme libre, rompe todo tipo de
ataduras por leves y veniales que sean para que ame de veras, sin afección
desordenada!
La tradición mercedaria sitúa la fundación de su Orden redentora en la
noche del 1 al 2 de agosto de 1218, donde a través de una intervención especial
de la Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para que llevara a cabo la
fundación de una orden religiosa destina a la redención de los cautivos que, en
las costas mediterráneas de España, Francia e Italia, caían cautivos en poder
de los musulmanes y eran conducidos al territorio africano, donde llevaban una
vida de indecibles sufrimientos con gran peligro de perder su fe cristiana. Su
confesor, el futuro dominico San Raimundo de Peñafort le animó y asistió en
este proyecto, al tiempo que el rey Jaime I le ofrecía su protección.
El Papa Francisco tiene especial devoción a su rompe-cadenas DESATANUDOS.
¡Madre, rompe cadenas, desata nudos, y encadéname, átame a Ti, TOTUS TUUS¡
2. Libro de Isaías 55,6-9. ¡Buscad al Señor mientras se deja encontrar!
El lema del viaje del Papa a Colombia fue 'Demos el primer paso'. El Señor
ya lo dio, por pura gratuidad, ya salió a buscarnos y nos encontró. Dejemos de
jugar al escondite, no esperemos a que venga, salgamos a buscarle para
encontrarle y cuando le encontremos le BUSQUEMOS con más amor si cabe.
3. Salmo 145(144),
2-3.8-9.17-18. ¡Señor, día tras día te
bendeciré!”
Tal actitud –pedir la bendición- por parte del pueblo americano le llegaba
al alma de San Juan Pablo II y le ha conmovido a Francisco en Colombia:
“Una de las cosas que me impresionó en todas las ciudades, entre la
multitud, fueron los padres y las madres con niños, que levantaban a los niños
para que el Papa los bendijera, pero también con orgullo enseñaban a sus hijos
como diciendo: «¡Este es nuestro orgullo! Esta es nuestra esperanza». Yo pensé:
un pueblo capaz de tener niños y capaz de enseñarlos con orgullo, como
esperanza: este pueblo tiene futuro. Y me gustó mucho”. ¡Qué bella es nuestra
vida! Ben-decir, decir y hacer bien, en Cristo, por Cristo, con Cristo, “sin
cesar”. Para eso he sido creado, para eso vivo. ¡Gracias, por amarme
desde toda la eternidad, -SOY AMADO LUEGO EXISTO porque me amaste, me amas PARA
AMARTE- para que yo te alabe y te ame, ahora y por siempre!
4. Carta de San Pablo a los Filipenses
1,20c-24.27a. “Para mí la vida es Cristo, y la
muerte, una ganancia”.
Permíteme, Jesús, que muera segundo a segundo a mi pecado, para que
resucite siempre a tu gracia. Y así me ejercite y me vaya preparando para la
victoria final.
5. Evangelio según San Mateo
20,1-16a. “Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha
contratado'. Entonces les dijo: Id también vosotros a mi viña'”
Gracias, Señor, por darme la oportunidad de contratarme en tu Viña y por
eso tengo el derecho y el deber de trabajar en tu empresa, ¡esto sí que es
currículum! Y todo porque eres “Un Padre con corazón maternal”. Esto sí que es
darle la vuelta al partido, ahora sí que voy a gozar de todos los seguros,
también, y primordial, el de la CRUZ el seguro contrato para llegar a la LUZ, a
la gracia, al Cielo.