9 septiembre 2017. Sábado de la XXII semana del T. Ordinario – San Pedro Claver – Puntos de oración

Hoy hay tres ideas que, relacionadas entre sí, nos pueden ayudar a hacer la oración de este día: En primer lugar el día de descanso (sábado) en nuestro caso el domingo, en segundo lugar la fiesta de San Pedro Claver que celebramos hoy y, por último, la reciente fiesta de Santa Teresa de Calcuta que celebramos hace unos días.
En el Evangelio de hoy el Señor nos dice: «El Hijo del hombre es señor del sábado». El sábado era el día dedicado por los judíos al descanso de las tareas manuales. Era una manera de interrumpir el ritmo cotidiano de trabajo para dejar un espacio al descanso y también para el Señor.
Dejar espacio al descanso es importante para dedicarse a algo más que al negocio y los afanes de este mundo. El trabajo continuado y extenuante, las prisas y el estrés pueden llegar a obsesionar, deshumanizar e incluso embrutecer al hombre, mermándole la capacidad de contemplación y alejándole de la serenidad. Se suele decir que la prisa mata el amor. Cuando el Señor impone al pueblo judío el descanso sabático lo hace también para proteger al hombre del propio hombre, del afán de riqueza, de la obsesión por el tener.
La otra parte del mandato es dedicar un tiempo a Dios. Porque no se trata de no hacer nada el día del Señor, sino de dedicarle ese día precisamente a Él, porque no se puede servir a Dios y al dinero ¡al menos no el mismo día! Con este sentido podemos entender también la frase: “El Hijo del hombre es señor del sábado”. Es decir, es el dueño y señor de ese día, de alguna manera ese día le pertenece. De este modo, guardando el sábado (domingo en nuestro caso) amamos, priorizamos al Señor por encima de todo lo demás que podamos hacer ese día. Amar a Dios sobre todas las cosas es el primer mandamiento del decálogo, tanto de los judíos como de los cristianos. Así entendido, el descanso dominical es una manera de cumplir el primer mandamiento.
Y el segundo es amar al prójimo como a uno mismo. De tal modo que, amando a los demás, dedicándoles el tiempo que no puedo dedicarles el resto de los días debido al trabajo, también estoy viviendo el domingo. Así pues, estoy viviendo el domingo si dedico un tiempo al Señor y a los demás.
La figura de san Pedro Claver es un modelo en esto de dedicarse a Dios y a los demás. Se le conoce como el apóstol de los negros. Llegado a Cartagena de Indias allá por el siglo XVII, se puso al servicio de los más pobres entre los pobres… los esclavos negros.
Sin lugar a dudas, en nuestros días, la figura que se ha puesto al servicio de los más pobres entre los pobres ha sido Santa Teresa de Calcuta. A ella se atribuyen estas frases: “Pienso que hoy el mundo está de cabeza, y sufre tanto porque hay muy poquito amor en el hogar y en la vida de familia. No tenemos tiempo para nuestros niños, no tenemos tiempo para el otro, no hay tiempo para poder gozar uno con el otro.”
Este puede ser mi tema de oración para hoy: de qué manera puedo vivir el día de mañana, domingo, para dedicárselo al Señor y a los que me rodean. Dejar espacio para que Jesús sea verdaderamente el Señor de mi domingo. Y también dejar espacio para servir al Señor en los pobres que tengo a mi alrededor: pobres de cariño, de soledad, de amistad. Pobres imposibilitados por la enfermedad o la tristeza. Madre Teresa nos dejó dicho: “En esta vida no podemos hacer grandes cosas. Sólo podemos hacer pequeñas cosas con un gran cariño”.


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