1 febrero 2018. Jueves de la IV semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Para comenzar oración nos ponemos en la presencia del señor y pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine en este rato y sepamos escuchar lo que Dios nos quiere decir hoy.
Hoy se nos propone en la primera lectura el episodio de la muerte del rey David y como le deja el reinado a su hijo Salomón. Podemos leer las últimas palabras de un padre a su hijo que para despedirse simplemente le recuerda que confíe en Dios y no se aparte de su camino. Se me ocurren dos conclusiones que se pueden sacar para hacer oración hoy. La primera cuantos consejos y cuantos mensajes recibimos a diario de personas que nos quieren y que poco caso les hacemos muchas veces o lo rápido que olvidamos sus palabras. Y segunda muy ligada a esta, cuanto tenemos que agradecer a nuestros padres, a nuestros mayores que nos han regalado su fe, que nos han transmitido lo más grande que tenemos y que día a día con esos consejos y deseos intentar cuidarnos. Pues simplemente os invito a dar gracias por estas personas que nos han dado tanto y a pedir al Señor que nos conceda la gracia de seguir aprovechando día a día todo lo que se nos da.
Luego en el evangelio san Marcos narra como Jesús enviaba a sus discípulos a predicar de dos en dos por los pueblos. Jesús llama a sus discípulos, Jesús nos llama a nosotros, te llama a ti. Jesús también necesita hoy que salgamos y contemos lo que vivimos lo que se nos ha transmitido. No hace falta nada ni dinero, ni alforja, ni pan. Solo sandalias para salir y caminar hasta donde está la gente que necesita escucharnos. Muchas veces pensamos, yo el primero, que hay que tener ideas ingeniosas para hacer apostolado o que hay que irse muy lejos para evangelizar, menos mal que Jesús nos recuerda que no nos tenemos que complicar. Simplemente tenemos que salir y hablar con aquellos que necesitan escucharnos, de todo lo demás ya se encarga Él. Os animo a escuchar esta llamada, a imaginarnos nuestro nombre pronunciado por Jesús que nos anima a salir a contar la Buena Noticia.
Por último, podemos acabar la oración pues con un coloquio con la Virgen que siempre está deseando escucharnos. Le podemos pedir que nos ayude a acudir a llamada de Jesús y a ser conscientes y agradecidos por el gran regalo de haber conocido a Jesús.

Archivo del blog