4 febrero 2018. Domingo V del Tiempo Ordinario (Ciclo B) – Puntos de oración

Es domingo, día del Señor, quizá el día de la semana más privilegiado que tenemos para la oración. Aprovechemos este momento para hacerla con calma, sin prisas, con el corazón sereno, sosegado… para contemplar en silencio la figura de Jesús que se nos ofrece en las lecturas de hoy. Me parece que es de las pocas ocasiones en que todas las lecturas, incluso la del epistolario de San Pablo, guardan entre sí un mismo hilo conductor. El centro de todo: el evangelio de San Marcos, que nos muestra una de sus narraciones más bellas. Se trata del itinerario completo de una jornada en la vida del Maestro. Es momento de contemplar.
Adentrarse en la escena como si presente me hallase. Jesús hace eco de lo que nos dice la primera lectura: “El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero”en la sencillez de la vida ordinaria, como uno de tantos, Jesús cumple su misióncuyo centro está en el servicio. Acompañémosle a casa de Pedro, mirémosle sanar a los enfermos, contemplémosle haciendo oración. No tengamos prisa en seguir avanzando. Como en ejercicios, pidamos conocimiento interno del Señor… por la variedad de escenas podemos, con la imaginación, ponernos en situación y tratar de adentrarnos en los sentimientos del Señor.
“Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos” Estas palabras del apóstol de los gentiles calzan extraordinariamente con la escena de la vida de Jesús que estamos meditando. ¿Y yo? ¿Qué estoy haciendo por servir a los demás? Es momento de dejarme interpelar por la vida de servicio del Señor. El Señor nos enseña el bien inmenso que se puede hacer en un solo día. ¿Cómo aprovecho yo el día?
Al contemplar estas escenas de la vida del Señor, recuerdo con gozo la reciente visita del Papa Francisco al Perú, cuanto bien ha hecho a este país en tan poco tiempo. Haciendo un paralelismo con el evangelio, el itinerario del Papa no ha sido muy distinto al del Señor. Cuanta gente se habrá sentido sanada al verle, al escucharle, al tocarle. Aprovechemos y pidamos también por él, para que siga llevando al mundo ese mensaje de gozosa esperanza. 

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