25 febrero 2018. Domingo II de Cuaresma (Ciclo B) – Puntos de oración

Empezamos por la segunda lectura: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién podrá estar contra nosotros? Vamos a meditar por el método de tres potencias este texto y en el que sigue. Imagínate a Dios Creador, el Padre Todopoderoso, sentado en un tono precioso y mirándote con amor, tú, de pie mirándole entre amante y asombrado.
Si fueses un israelita del antiguo testamento seguramente pensarías algo así como: despreciables enemigos paganos. ¿Qué hacéis ahí, frente a mí? Enseguida moriréis. Mil a mi derecha y diez mil a mi izquierda. Tendré dinero, amor, …
Ahora soy yo, cristiano, que intenta vivir como tal, que sé que TÚ eres mi padre, aunque lo practico poco. ¿Qué pienso? ¿Quién es ese que no podrá estar contra nosotros? Puedo aplicarlo a personas, circunstancias, “desgracias”.
Yo conozco a alguien que sí que me puede hacer daño. Creo que la única persona soy yo mismo, puedo ir teniendo negligencias que poco a poco me aparten del camino y de TU amor.
Pero, si TÚ estás a mi favor, difícil va a ser que ni siquiera este enemigo que llevo dentro pueda ganarme. Me salvaré y estaré contigo y con toda tu familia.
Ahora eres un medio cristiano medio pagano, de los que tanto abundan en mi entorno. No leen el Evangelio ni la Biblia y por eso no se enteran de lo que dice Dios, pero de todas formas se lo dice. ¿Qué le está diciendo Dios? ¡Qué piensa Dios de él? ¿Y si fuese un corrupto, un pecador de cualquier tipo? ¿Si fuese una prostituta de “vocación”? Aquí aparece un poco más los que ellos eligen el mal. Son sus únicos enemigos.
Ahora eres un budista o un musulmán. Tampoco lees la biblia y no te enteras de lo que te dice Dios o Alá, pero ¿se lo dice también?
Si Dios se lo dice a todos y está favor de cada uno, seguramente se salvan. ¿Entonces para qué sirve ser cristiano?
Esto es la parte de entendimiento, de reflexión. Ahora falta el tomar decisiones, el amar, el sentimiento y decirle algo al Padreo o al Hijo o al Espíritu Santo o a nuestra intercesora, la Virgen o…
Si sigues leyendo las razones que da San Pablo de por qué se sabe que te quiere hasta el infinito, te derrites como la nieve al sol.
La transfiguración es otra demostración. Jesús, de quien proceden estas ideas, demuestra que es Dios, para que se reafirme mi fe. ¡Gracias!

Archivo del blog