17 febrero 2018. Sábado después de Ceniza – Puntos de oración

Lo primero que me viene a la cabeza cuando oigo 17 de febrero es Abelardo. Cuántos recuerdos de tantas celebraciones de su cumpleaños. Cuántos recuerdos de vivencias con él. Cuánto le debo. Me viene a la memoria su imagen actual, su mirada que sin palabras dice mucho y me llena de paz. Cuántas veces me animo a la cruzada y cuántas veces le dije que no y sin embargo a pesar de todas mis miserias, cruzado soy. Y esa es mi dicha y mi alegría.
Y desde la alegría de estar al lado del Señor, de sentir su cercanía, de ver su luz desde tantas oscuridades donde muchas veces me hallo; de sentirme discípulo suyo, colaborador suyo, desde aquí quiero enfocar estos puntos. Que delicia poder saborear el amor del Señor, de sentirme huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan, que me sacian y que llevo al mundo.  Pues bien, este debe ser el fruto de ir caminando en la cuaresma, de ir poniendo más los ojos en Él que en las cosas, de hacer silencio sonoro, de dejar más espacio para que Él penetre nuestros corazones. La cuaresma es la gran ayuda que nuestra madre la Iglesia nos pone para poder gozar de la presencia del Señor a tope, para ensanchar nuestra capacidad de poderle gozar. Porque uno se deja de tantas tonterías que nos presenta el mundo y  nos distraen de la verdadera alegría que es Él mismo. Nos conduce a las alturas de la libertad, desde donde podemos contemplar e ir al mundo. Nos capacita para seguir la Verdad.
Y desde esa libertad que nos libera del dinero, como a Leví, de nuestras pasiones, poder tener la soltura, la agilidad de correr rápidamente tras su llamada, sin entretenernos con nada, para poder disfrutar de su banquete.
Pídele al señor si no te encuentras en esta situación y te ves que no estás a la altura, que te ayude, que te dé fuerzas, que te convierta, que te recuerde que es lo que otras veces has experimentado cuando estás junto a Él. Lánzate a hacer algo por el prójimo que es lo que realmente nos mantiene a tono y nos hace felices. El otro es Él mismo.

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