14 febrero 2018. Miércoles de Ceniza – Puntos de oración


Comenzamos hoy la cuaresma y como cada año somos llamados a la conversión. Una vez más, un año más nos ponemos en camino de conversión. Escuchaba decir a uno de nuestros obispos hace unos días: “Cuando se pierde la esperanza de la conversión no solo se pacta con la decadencia, sino que se termina promoviéndola”. Nuestra esperanza y nuestro esfuerzo por cambiar es un paso para alejarnos de la decadencia y para ayudar al mundo a cambiar su tendencia hacia el abismo. Son pequeños los esfuerzos que nos pide la cuaresma, pero tienen, como vemos, una gran trascendencia.
Hoy, las lecturas, abundan en formas de mejorar nuestra vida y en métodos para alentar dicho cambio (ayunos, penitencias, limosnas…) La oración de hoy, y la de todos los próximos días de cuaresma, podrían encontrar materia en estas lecturas. Cada día un aspecto: poner en práctica una de las llamadas del profeta Joel, o un verso del salmo, o una exhortación de san Pablo, o una indicación de Jesús. Ánimo con ello si el Espíritu te empuja por ahí este año.
Yo, te propongo para hoy, esta indicación de Jesús: “Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido…”
Se me ocurre que estaría bien que esta fuera la cuaresma más alegre de toda nuestra vida, y eso por dos razones: La primera porque hagamos mucho ayuno. La segunda porque cada vez que ayunemos perfumemos nuestra cabeza y lavemos nuestra cara para que estemos bien alegres ante los hombres y sobre todo ante Dios.
Meditemos si cuando hacemos ayuno o limosna o penitencia u oración, nos ponemos tristes o nos arrugamos como si fuera algo obligatorio o un tostón. No debe ser así. Nos debemos llenar de la alegría de la renuncia, de la entrega, de la unión íntima con Dios. Estas cosas nos hacen mejores, hacen mejor el mundo… aunque el mundo nos venda otra cosa. Compremos bien. Estemos alegres.

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