Comenzamos hoy la cuaresma y como
cada año somos llamados a la conversión. Una vez más, un año más nos ponemos en
camino de conversión. Escuchaba decir a uno de nuestros obispos hace unos días:
“Cuando se pierde la esperanza de la conversión no solo se pacta con la
decadencia, sino que se termina promoviéndola”. Nuestra esperanza y nuestro
esfuerzo por cambiar es un paso para alejarnos de la decadencia y para ayudar
al mundo a cambiar su tendencia hacia el abismo. Son pequeños los esfuerzos que
nos pide la cuaresma, pero tienen, como vemos, una gran trascendencia.
Hoy, las lecturas, abundan en formas
de mejorar nuestra vida y en métodos para alentar dicho cambio (ayunos,
penitencias, limosnas…) La oración de hoy, y la de todos los próximos días de
cuaresma, podrían encontrar materia en estas lecturas. Cada día un aspecto:
poner en práctica una de las llamadas del profeta Joel, o un verso del salmo, o
una exhortación de san Pablo, o una indicación de Jesús. Ánimo con ello si el
Espíritu te empuja por ahí este año.
Yo, te propongo para hoy, esta
indicación de Jesús: “Cuando
ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros
para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido
su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,
para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo
escondido…”
Se me ocurre que estaría bien que
esta fuera la cuaresma más alegre de toda nuestra vida, y eso por dos razones:
La primera porque hagamos mucho ayuno. La segunda porque cada vez que ayunemos
perfumemos nuestra cabeza y lavemos nuestra cara para que estemos bien alegres
ante los hombres y sobre todo ante Dios.
Meditemos si cuando hacemos ayuno o
limosna o penitencia u oración, nos ponemos tristes o nos arrugamos como si
fuera algo obligatorio o un tostón. No debe ser así. Nos debemos llenar de la
alegría de la renuncia, de la entrega, de la unión íntima con Dios. Estas cosas
nos hacen mejores, hacen mejor el mundo… aunque el mundo nos venda otra cosa.
Compremos bien. Estemos alegres.