Para comenzar oración nos ponemos en la
presencia del señor y pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine en este
rato y sepamos escuchar lo que Dios nos quiere decir hoy.
Tras leer las lecturas de hoy, me
gustaría proponer tres ideas que me han sonado con fuerza.
En primer lugar, la primera lectura
relata el encarcelamiento de los apóstoles. Este pasaje pone de manifiesto la
vivencia tan fuerte de la fe por parte de los apóstoles. Esta fe los llevaba a
enseñar y predicar a pesar de las consecuencias. En el pasaje aparece como no
dudan en seguir enseñando tras salir de la cárcel porque lo importante era
vivir y transmitir el mensaje. Sin embargo, a pesar de acabar de vivir la
Semana Santa nos sigue constando vivir con esa fuerza, ser reflejo de lo que
hemos celebrado y dar a conocer la gran noticia. Pidamos luz y constancia para
que esa alegría y esa fuerza aparezca en nuestra vida diaria para ser reflejo
del resucitado.
En segundo lugar, el principio del
evangelio nos recuerda la razón de todo. Dios entregó a su único hijo por amor
a nosotros. Dios nos tiene un amor infinito y lo demuestra cada día dando su
vida por nosotros. Que época tan bonita como la pascua y este mes de mayo que
comienza para profundizar en el amor. Dios te ama, cada día y cada minuto a ti
tal y como eres. Por eso os invito a reflexionar en ese amor, tranquilamente,
en silencio, a dejarnos querer por Dios en este rato de oración. También
el evangelio nos habla del Juicio que se podría resumir en una frase de la
escritura: Al final de la vida seremos juzgados en el amor. Y
es que al igual que Dios nos ama y nos salva, nosotros debemos ser reflejos de
ese amor que Dios nos tiene. Un estilo de vida muy sencillo pero que
necesitamos recordar día a día para vivirlo.
Por último, después de haber
reflexionado sobre las lecturas de hoy hay que recordar que es primero de mayo.
Hoy empieza el mes de María, nuestra madre que con su sencillez y su entrega
amó tanto a Jesús y nos ama tanto a nosotros. Seamos generosos con ella estos
días, para poder aprender y recibir todas las gracias que está deseando
concedernos.
Antes de acabar, recordar tener un
coloquio con María. Simplemente contadle como os ha ido la oración, vuestras
inquietudes o deseos de cara a este mes tan bonito que comienza hoy.