Nos vamos acercando a la semana más
importante del año, quizás el miércoles de ceniza parece que fue ayer y además
de no comer carne los viernes poco más nos hemos preparado. O seguramente ha
sido un camino bonito de conversión, de volver a casa, de acercarnos a Dios y
de inmensa alegría por vivir continuamente la misericordia de Dios en nuestra
vida.
Hoy nos regala Dios la oportunidad de
vivir en plenitud la cuaresma, último día previo a la Semana Santa.
En el Evangelio de hoy vemos como los
signos de Jesús van convenciendo a la gente que se acerca a él: muchos judíos
creyeron en él. ¿Qué signos hace Dios en mi vida? ¿Nos acercamos a Jesús para
poder ver esos signos?
Por otro lado, están los sumos
sacerdotes y los fariseos; utilizando el arma del miedo deciden acabar con él.
¿Cuántas cosas nos dan miedo? ¿Cuántas veces pensamos que ese miedo es mayor
que Dios? Nuestras miserias, circunstancias que no entendemos, dureza de
corazón….
Vamos a ver a Jesús, a descubrir sus
signos a lo largo de día, disfrutar de sus regalos y admirar su grandeza y,
cada vez que pueda nacer la duda o el miedo, volver la mirada a María, aprender
de cómo ella se fía de Dios, sin dudas: hágase.