3 abril 2019. Miércoles de la IV semana de Cuaresma – Puntos de oración


María, Madre y señora nuestra, nos invita a despertar en nosotros el sentido de filiación. Sí, somos hijos de un Padre-madre cariñosísimo, bondadoso y fiel. Ella nos dio ejemplo de diálogo con Él, de escucha de su palabra y apertura a hacer su voluntad.
¿Hay alguien que no me olvida?, ¿Quisiera ser guiado de manera compasiva y con ideas y ejemplos que dan frescor a mi espíritu? ¡Quien no desea esto!  Y, que cuando me sienta desamparado, me compadezcan y consuelen. Sólo hay una persona (mejor dicho, tres), que pueda decir esto que tanto anhela el corazón; te amo como a hijo llevado en las entrañas y al que he amamantado.
Interiorizar esta verdad, yo no te olvidaré, es prevenir y curar, ¡tantas zozobras, malestares y sufrimientos mal llevados! Para que nos convenzamos de ello, el salmo 144 nos ofrece hasta doce atributos de Dios diciendo que es: clemente y misericordiosolento a la cólera y rico en piedad; bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas, fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones, sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan, justo en todos sus caminos y cerca está de los que lo invocan sinceramente.
Jesús se nos muestra como ejemplo perfecto de persona con una vivencia fortísima de hijoaquel que no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Hasta el punto de tener su voluntad sintonizada con los mismos deseos de su Padre, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Amor grandísimo del Señor al Padre y a cada persona, a ti y a míporque así también el Hijo da vida. Amor de Jesús, al Padre y a cada persona, que será rubricado con el precio más alto posible, la propia vida.
Santa María, hija de escucha atenta al Padre, madre del Hijo al que enseñas docilidad, esposa del Espíritu Santo del que te dejas conducir para bien de cada uno de nosotros. Intercede para que en estos días de Cuaresma sigamos con pasión las huellas de tu querido hijo.

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