Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced que significa “misericordia”, advocación que se remonta al siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a San Pedro Nolasco (ca. 1180–1245) y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos.
En esa época los moros saqueaban las costas y se
llevaban a los cristianos como esclavos a África. En esa horrenda condición,
muchos perdían la fe al pensar que Dios los había abandonado.
Pedro Nolasco, al ver esta situación, vendió hasta su
propio patrimonio para liberar a los cautivos. De igual modo, formó un grupo
para organizar expediciones y negociar redenciones. Cuando se les acabó el
dinero, entonces pidieron limosnas. Sin embargo, las ayudas también se
terminaron.
Es aquí que Nolasco pide a Dios que le ayude. En
respuesta, la Virgen se le aparece y le solicita que funde una congregación
para redimir cautivos.
Nolasco le preguntó: “¡Oh, Virgen María,
madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?”
Y María respondió diciendo: “No dudes en
nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden de ese tipo en honor
mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo
Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel, es
decir, entre los cristianos y serán signo de contradicción para muchos”.
Ante este deseo, se funda la Orden de los Mercedarios
el 10 de agosto de 1218 en Barcelona (España), y San Pedro Nolasco fue nombrado
por el Papa Gregorio IX como Superior General. Su espiritualidad se fundamenta
en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre
liberadora e ideal de la persona libre. María ofreció todo su ser
para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lucas 1,
46-55), María expresa la liberación de Dios.
Los integrantes de la Orden de los Mercedarios, aparte
de los votos de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto en el que
se comprometían a dedicar su vida a liberar esclavos y que se quedarían en
lugar de un cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero
no alcanzara para lograr su liberación. El número aproximado de cristianos
cautivos rescatados de manos de los musulmanes fue de 60.000 hasta 1779.
En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la
fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de
septiembre. Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el
año 1969 la fiesta se suprimió del calendario universal.
Cuando los frailes mercedarios llegan a América, llevan también la devoción a la Virgen de la Merced. La cual se propagó en República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, donde es conocida y amada. La Fiesta de Nuestra Señora de la Merced se celebra el día 24 de septiembre. Es patrona de Barcelona y de la República Dominicana.