29 septiembre 2020, santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael – Puntos de oración

Empezamos la oración ofreciendo al Señor nuestras intenciones, acciones y operaciones para que sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de Su divina majestad.

Hoy la Iglesia celebra a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y en las dos lecturas y el salmo se destaca, como hilo conductor, la presencia de los ángeles que viven en la constante presencia de Dios.

Mucho se ha dicho y se dirá de estos seres celestiales, pero no se trata ahora de teorizar ni de hacer un comentario teológico al respecto, sino de hacer oración teniendo en cuenta esta realidad y ayudándonos de ella para sacar el mayor provecho posible. Me parece que nos puede ayudar el profundizar en la idea común y sencilla que creo que todos tenemos sobre los ángeles, adquirida con seguridad, en la mayoría de los casos, desde niños… la idea de su presencia cercana y de su protección. Y aquí podemos detenernos para repasar el significado de los nombres de los arcángeles que celebramos y ver qué resonancia pueden tener para nosotros en este momento de oración. San Miguel: ¿Quién como Dios?, Gabriel: Fortaleza de Dios, Rafael: Medicina de Dios. En primer lugar, es interesante destacar la presencia del nombre de Dios en cada uno de ellos. Dios está inscrito en sus nombres, en su naturaleza. Su verdadera naturaleza es estar en Él y para Él. Esto nos debería motivar a invocarlos con confianza, con la seguridad de recibir ese auxilio divino cuando lo necesitemos. Por otro lado, teniendo en cuenta el significado de cada nombre, podemos orar en este instante para pedir gracia en momentos concretos de dificultad: duda, debilidad y enfermedad. Si quieres, puedes quedarte con sólo uno de ellos, podría ser suficiente. En medio de esta pandemia, donde la enfermedad parece ganar la batalla, podríamos invocar al arcángel San Rafael, Medicina de Dios, por la salud corporal y espiritual de cuantos se han contagiado.

Otro aspecto que caracteriza a los ángeles es que son mensajeros de Dios. Llevan a Dios a los hombres, abren el cielo y así abren la tierra. Precisamente porque están en la presencia de Dios, pueden estar también muy cerca del hombre, pues Dios es más íntimo a cada uno de nosotros de lo que somos nosotros mismos. Así lo experimentó la Santísima Virgen cuando el arcángel Gabriel se presentó ante Ella para anunciarle que sería la Madre del Salvador. Que, en esta recta final de la Campaña de la Visitación, la imitemos a Ella y bajo la protección de los santos arcángeles nos entreguemos de lleno a la misión.

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