28 septiembre 2020, lunes de la XXVI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

¿Cómo reacciono ante lo imprevisto?

En el nombre del Padre creador, del Hijo que nos redimió y del Espíritu Santo que nos da la vida y, tomando conciencia de su presencia en nuestro interior, comenzamos a preparar la oración.

Una situación de prueba a Job se nos presenta en la primera lectura. Prueba que el Señor permite por instigación del diablo y que tiene unos límites, “a él no lo toques”. En efecto, las pruebas se suceden, cada una a más cruda y dolorosa. Pero la reacción de Job es admirable reconociendo que todo lo recibió del creador. Bendice, contra todo pronóstico, el nombre de su Dios y no se queja, reconoce ser criatura.

El Salmo viene a profundizar en las actitudes que debiera tener el corazón del que es probado. Entre ellas me llaman la atención: “Aunque sondees mi corazón, …aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí”, “Muestra las maravillas de tu misericordia, …a quien se refugia a tu derecha”.

Sin embargo, la situación presentada en el evangelio, cuando “los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante”, hace de contrapunto a nuestra reflexión de hoy. Pero, sobre ese fondo oscuro, destaca la luminosidad de Jesús presentando a sus discípulos el modelo de conducta, “el que se hace pequeño como este niño ese es el más importante”. Decíamos que Job se hizo “pequeño”, reconociendo ser criatura llena de dones, y sólo así superó, “abajándose”, la prueba.

En la canción, “para vivir la santidad”, Abelardo nos deja estas pinceladas hablando de la Virgen; “Porque se hizo pequeña la que es Madre de Dios. / Y en abajarse y hacerse pobre esclava / la gran lección te daba de amar la humillación”.

Archivo del blog