Estamos en la mitad de la
cuaresma y en viernes, día en que podemos acercarnos más a los misterios para
los que nos estamos preparando. Creo que nos viene bien acompañar a Jesús
haciendo el Via Crucis. Jesús que se acerca sufriendo hasta nuestra
miseria, hasta nuestro pecado, no de cualquier manera. Qué difícil se nos hace
entender esta realidad, y cuando nos sentimos pecadores que insatisfacción
sentimos a nivel personal, primero porque nos rompe humanamente y segundo porque
rompemos con Dios. Así pues, dolernos con nuestros pecados y con el dolor de
Cristo que sufre por ellos. Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
Tenemos que pedir muchas fuerzas
al Señor, porque como nos repetía mucho Abe, qué gran desconfianza genera el
pecado en nosotros. Por eso al principio de nuestra oración pedir fuerzas al
Espíritu Santo, que le vea más a Él que a mí.
Oseas, que aparece en la primera
lectura nos ayuda a salir adelante en esta experiencia de sentirnos desolados
en nuestra experiencia de pecado. El que experimenta lo que es la infidelidad
de primera mano con su mujer.
Vamos a dejarnos sanar como nos
indica Oseas, porque no hay otra solución. Él nos dice: en ti el huérfano
encuentra compasión. Curaré su deslealtad, los amaré generosamente. Él nos ama
misericordiosamente. Hoy contemplar que Él es fiel y aunque nos salgamos de sus
caminos, Él nos dice que sigamos sus caminos, que vuelve a regarnos de forma
suave con su rocío, que Él nos hará florecer de nuevo como el lirio. Nos rociará
con su perfume. Regresarán los que habitaban a su sombra, revivirán como el
trigo. ¡Qué imágenes nos brinda Oseas! Aun cuando no se intuye ninguna
esperanza, como cuando uno está bajo Tierra como el trigo, en plena oscuridad.
Muerto. Y él sabe que Dios es fiel, que Dios puede hacer el milagro de la vida,
de acogernos de nuevo. Releamos y releamos la primera lectura. ¿Quién será
sabio para entender?
¿Cómo ponernos de nuevo en camino? Seguirle en fidelidad y amar al prójimo. Tarea difícil si nos miramos a nosotros. Levanta los ojos y pídeselo a Jesús en el Sagrario.