¿Has hecho ya las oraciones
introductorias y el ofrecimiento de obras…? Pues vamos a rezar hoy inventando
oraciones y plegarias a Dios… Yo pongo algún ejemplo y luego tú inventas las
tuyas…
Actualicemos la oración de
Azarías:
Padre de los cielos, por el P. Morales, tu amigo; por Abelardo, tu hijo
pequeñín; por el P. Eduardo, tu elegido intercesor por el Papa… a quienes
prometiste ser un “pueblo” con las manos vacías. Comprueba que es así. Somos un
movimiento (pueblo) pequeño, estamos humillados a causa de nuestra mediocridad
y falta de respuesta a tantos beneficios como hemos recibido de ti. Acepta
nuestro corazón contrito como el altar donde ofrecerte nuestras propias vidas.
Te seguimos de todo corazón y confiamos en ti porque sabemos que nunca nos has
fallado ni nos fallarás. Trátanos según tu misericordia.
Y sigamos con el salmo, rezando a
ese mismo Dios, pero también actualizado:
Señor, enséñame a ser leal, a no tener una doble vida, a no mentirte a ti,
ni a los demás ni a mí mismo diciendo lo que no soy. Creo en tu ternura para
conmigo, es más, la necesito. Enséñame el camino que me has preparado y que
recorres conmigo. Y, para eso, hazme muy humilde porque si no, no me voy a
enterar de nada.
Y acabemos con el evangelio de hoy,
rezando como Jesús nos enseñó, y más…:
“Padre, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden”. Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo, aunque en realidad ya
sé que me has perdonado primero. Haz mi corazón generoso para que sea capaz de
perdonar, por lo menos, hasta 490 veces.
Y ya, la despedida:
Padre bueno, te pido por los que no rezan y por los que nos piden que recemos por ellos. Amén.