23 marzo 2021, martes de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de Oración

Nos separan unos días para celebrar y vivir la Semana Santa. Las lecturas litúrgicas de este día nos acercan al Señor a punto de ser elevado en la Cruz. Es el momento de hacer realidad la redención de todos los hombres, por Cristo desde la Cruz, si nos dejamos invadir por esta fuerza de salvación que se desprende del Jesús clavado en la Cruz.

En el libro de los Números (21, 4-9): “…el pueblo se cansó de andar por el desierto y habló contra Dios y contra Moisés… El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos en Israel. Entonces el pueblo acudió a Moisés para suplicar el perdón. Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla…Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce colocada en un estandarte y salvaba la vida”.

Este texto está anunciando, en el Antiguo Testamento, la fuerza salvadora de Cristo cuando sea clavado en la Cruz.

Y en el evangelio de hoy, Jesús hace frente a una dura discusión con los fariseos, porque “ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: “Cuando levantéis en alto al Hijo del Hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado…

Jesús sigue obediente al plan de salvación propuesto por el Padre. Su alimento es hacer siempre la voluntad del Padre. 

Vamos a dedicar unos minutos, sin prisas, a contemplar a Cristo clavado en la Cruz. ¿Por qué tenemos miedo a mirar a Cristo clavado en la Cruz?

Quizás al principio nos resulte una figura destrozada, que ha perdido todo aspecto de hombre… Vamos a dedicar tiempo en estos días a centrar nuestra mirada en la Cruz. Cristo nos salva desde la Cruz por amor. Nos invita a cercarnos y contemplar: “La cabeza, inclinada para besarme, los brazos abiertos para abrazarme, el costado traspasado para penetrar en su corazón misericordioso, los pies clavados para esperarme…”

María está siempre junto a la Cruz de Jesús, y está a nuestro lado.

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