21 marzo 2021, domingo de la 5ª semana de Cuaresma. Puntos de oración

Domingo día del Señor, día de celebrar el misterio pascual con toda plenitud. Al terminar esta cuaresma nos llenamos del deseo de acoger la fuerza del Espíritu para acercarnos más y más al Señor Jesús, para subir a Jerusalén juntamente con él.

En nuestra oración, al compás de la lectura litúrgica, descubrimos algo muy sugerente: ¡se nos anuncia la difusión de la fe en Cristo también entre los paganos! Es el gozo del anuncio de una nueva alianza, una alianza universal: “Todos me conocerán “, dice el Señor. ¡Puedo conocerlo!

Estamos ante el último episodio de la vida pública de Jesús: “ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.” Nos maravillamos de que ésta consista en el poder de dar la vida eterna a todos los que crean en él. ¿Creo con todas mis fuerzas? ¿con todo mi ser?

¡Es asombroso! Nos da la vida eterna. Su glorificación, tiene lugar a través de su pasión. Morir como rescate por la multitud, por muchos, por todos.

Jesús nos ilumina el misterio pascual con este signo: “si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda él solo. Si muere, da mucho fruto “.

Esta misma ley vale para cada uno de nosotros. Tomamos como nuestra su palabra: “por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre”.

Que grande descubrir que el Señor no pide por Él, sino que pide la glorificación del nombre del Padre. Piensa en la salvación de todo mundo. En la mía. ¿No es de locos? Hay un signo del cielo, una voz que ratifica esta ofrenda existencial: “lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.

¿Cómo afronta Jesús su pasión? En esa extrema angustia ofrece a Dios oraciones y súplicas.

No solo ora, sino que grita y llora. ¡Es impresionante, más aún, brutal! ¿Cómo afronto yo mis pasiones, mis calvarios, mis sufrimientos? ¿He gritado, llorado alguna vez?

Jesús ora al que puede salvarle de la muerte. Pero no impone, no condiciona a Dios, la elección del medio de salvación. ¡Señor, que no condicionemos nunca tu acción en nuestra propia historia!

El autor de la carta a los Hebreos nos dice que “Jesús fue escuchado “, por su actitud reverente, es decir, porque dejó elegir a Dios la solución. Cuando oremos debemos dejar siempre a Dios elegir la solución. ¿Lo hago?

En medio de situaciones difíciles, como la que vive Jeremías y el pueblo elegido, hemos de descubrir que en el proyecto de Dios se nos anuncia una alianza nueva, nueva y eterna. Somos hombres nuevos por esta alianza que el Señor Jesús sella con su sangre derramada en la cruz.

Esta nueva alianza está fundada en la unión íntima con Dios. Es una alianza interior, que cambia a cada creyente desde dentro. Conocer al Señor no significa solo saber que existe; significa más bien tener una relación personal con Él, una relación que cambia radicalmente nuestra propia existencia.

Estamos a las puertas de una nueva Semana Santa, otra vez en condiciones que limitan nuestra participación presencial, pero no espiritual. Pidamos a María que nos haga partícipes de sus mismos sentimientos. Que vivamos unidos a Ella los días más santos del año.

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