4 noviembre 2022, viernes. San Carlos Borromeo, obispo. Puntos de oración

En el evangelio de hoy, el Señor nos habla, en forma de parábola, de un administrador que gestiona los bienes de su señor, creyéndose el propietario, derrochándolos, no siendo fiel a la confianza depositada en él. Quiere el Señor que pensemos que ese administrador somos cada uno de nosotros y Él sería el rico propietario. 

Se me ocurre considerar dos puntos

Primero, los dones que recibimos (nuestra inteligencia, nuestra simpatía, en fin, todas nuestras riquezas) los recibimos gratuitamente. No somos sus dueños, somos sus administradores. No son un pago por algo que hayamos hecho, son más bien un crédito que Dios nos concede para que los gestionemos rectamente, en servicio de Dios haciendo el bien a los demás.

Segundo, el evangelio de hoy se entiende mejor con el versículo siguiente al pasaje leído: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. Los amigos que nos tenemos que ganar son los pobres. Los pobres entran en las moradas eternas por derecho, pues de los pobres es el reino de los Cielos (Lc 6, 20). Los que no somos pobres entraremos en el reino por recomendación de los pobres. Por eso nos los tenemos que ganar como amigos compartiendo con ellos los bienes que tenemos.

Consideremos estos puntos que extraemos del evangelio de hoy y pidamos a la Madre un conocimiento del Señor, que reflectamos en nuestra vida, que no se quede en un conocimiento filosófico abstracto, que sea un conocimiento vivencial, concreto. 

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