9 noviembre 2022, miércoles de la 32ª semana de Tiempo Ordinario. Nuestra Señora de la Almudena. Puntos de oración

En este día la Iglesia celebra la dedicación de la basílica de Letrán, «madre y cabeza de todas las iglesias de la urbe y del orbe»; todos los fieles de la tierra nos unimos a nuestro pastor, el papa Francisco que, desde su cátedra en Roma, es vicario de Cristo en la tierra y «preside a todos los congregados en la caridad».

El templo es el espacio necesario en el que podemos encontrar a Dios; es cierto que Él está presente en todo lugar y momento, pero se manifiesta de manera especial en este espacio. De hecho, de ahí pueden brotar las aguas que nos dan la vida y nos curan de nuestras enfermedades, como viene reflejado en la profecía de Ezequiel. Por eso debemos saber valorar estos recintos y, al entrar en ellos, adoptar una actitud de reverencia ante lo sagrado, y no pasar como si de cualquier cosa se tratase. Tengo que estar atento y guardar cuidado de no gritar, no dispersarme, no ‘trastear’ si me encuentro en un templo de Dios.

Pero más que el templo de piedra, he de cuidar y reverenciar el templo de mi cuerpo. San Pablo lo reseña con insistencia: «¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?» El mismo Cristo hablaba del templo de su cuerpo cuando se dirigía a los judíos: «Destruid este templo y en tres días lo levantaré». No es que tenga un cuerpo, soy cuerpo, espíritu materializado que necesita de él para relacionarme; no lo tengo que banalizar y he de darle el valor y la dignidad que se merece, sin caer en frivolidades o menosprecios que pueden degradarlo. Cuando aceptamos a Cristo y confiamos en Él como Señor y Salvador, el Espíritu Santo comienza a morar en cada uno de nosotros. Que la oración me ayude a llevarlo a cabo.

Y que santa María, en su advocación de la Almudena que también hoy se conmemora en Madrid, nos ilumine y nos guarde. ASÍ SEA. 

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