12 febrero 2023, domingo de la 6ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Jesús, nuestro maestro, es el verdadero intérprete de la voluntad de Dios, él mismo es la Palabra de Dios. Y en su comparación, qué ruines y cicateros son nuestras medidas de justicia y nuestra ley. 

Jesús es el Maestro del Amor de Dios. Sólo desde la perspectiva del amor se puede entender y empeñarse en cumplir las exigencias de Jesús en la vida cotidiana. Exigencias que abarcan toda la realidad en su globalidad: acciones, deseos, palabras.

Nuestras acciones deben ordenarse a dar y a aumentar la vida, por eso no basta con “no matarás”, sino que es imprescindible querer y perdonar a toda persona para poder adorar a Dios en espíritu y en verdad.

Nuestros deseos nacen en el corazón, pero se alimentan de la visión y de las sugestiones del ambiente. En el interior está el amor verdadero, amor de donación y desinterés, o la búsqueda de la satisfacción, del placer y del interés propio. Ese es el dilema que exige la purificación del deseo a través del discernimiento. 

Nuestras palabras deben ser transparentes y constructivas. Y serlo de manera habitual y permanente. Solo entonces las palabras humanas son creíbles, confiables y conducen directamente al misterio que habita el corazón: Dios que vive, actúa, desea y habla a través de la experiencia de cada cristiano.

Que la Virgen María, la mejor discípula del Maestro Jesús, nos ayude a caminar por la senda estrecha y gozosa del seguimiento.

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