2 enero 2011, domingo de la segunda semana de Navidad – Puntos de oración

Estamos al comienzo de un nuevo año, tiempo de gracia y esperanza. Al comenzar hoy la oración, seguimos en actitud de agradecimiento por tantos dones recibidos, muchos de los cuales ni siquiera somos conscientes de ellos; a la vez con grandes deseos de paz, felicidad y amor para este año que recién estamos estrenando. Me parece muy acertado comenzar la oración dando gracias y pidiendo por nosotros, pero sobre todo por tantas personas necesitadas de todo tipo de bienes y que esperan un 2011 mejor, mucho mejor…

La Palabra de Dios de este segundo domingo después de navidad se puede resumir en: La Palabra encarnada, Jesucristo, es el don del Padre. Dios nos ha regalado todo tipo de bienes, materiales y espirituales, pero sobre sale por encima de todos, el don de entregarnos a su propio Hijo. Dios se ha revelado poco a poco. En el Antiguo Testamento, Dios se entrega como don de Sabiduría (primera lectura, Eclesiástico 24, 1-4.12-16). Finalmente se ha revelado en Jesucristo, Sabiduría de Dios, el único que ha visto a Dios y que nos lo puede revelar. Jesucristo, en cuanto Dios ha existido siempre y llagado la plenitud de los tiempos se ha encarnado tomando cuerpo mortal en Jesús de Nazaret, el hijo de José el carpintero y de María la Virgen.

A partir de la Palabra de Dios podemos orar sobre las esperanzas para este año nuevo. Cabe preguntarse: ¿Qué espero de este año que estoy comenzando? Podemos repasar los anhelos íntimos. Para muchos será un trabajo estable y bien remunerado, para otros la salud perdida o salida de un problema que les asfixia. Hagamos oración de todos estos deseos sabiendo que Jesús nos escucha y es el primero que quiere lo mejor para cada uno.

Después oremos sobre los valores eternos, esos que se nos darán por añadidura y que no podemos conseguir por nuestras solas fuerzas. Busca primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás se te dará por añadidura, nos ha dicho el Señor. Creo que tenemos una gran necesidad de poner las cosas en su sitio, según la voluntad de Dios. Nuestro querido papa Benedicto XVI nos ha regalo un libro entrevista titulado “Luz del Mundo”, y en él dice que lo más importante ahora, cuando el futuro se ve con muchos interrogantes, es buscar a Dios, volver a poner a Dios en el centro de las conciencias de los hombres y como fundamento de la sociedad y de las instituciones. De lo contrario el futuro es sombrío porque una vez más sufriremos las consecuencias del pecado original que todos llevamos dentro como herencia de nuestros primeros padres. Así pues, la verdadera solución a todos los problemas de la humanidad es la vuelta a Dios, el arrepentimiento de nuestros pecados y la conversión al Evangelio.

Y una vez más terminemos nuestra oración con un coloquio a Nuestra señora. En María encontramos la discípula atenta que supo escuchar la Palabra de Dios, acogerla en su corazón y ponerla por obra. Hablemos con ella como con una amiga y madre y pidámosla fuerza para acoger con generosidad el don de Dios que es su Hijo y para anunciarlo a nuestros amigos y conocidos.

¡Santa María, bendícenos y bendice a cuantos viven con nosotros o nos los encontramos por el camino de la vida! ¡Bendice de una manera muy especial a cuantos viven solos, abandonados, enfermos, tristes; a cuántos viven sufriendo para que encuentren sentido a todo lo que les pasa y vivan con esperanza! ¡Dios te salve, María… llena de gracia,…!

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