‘Aquí estoy’
Petición: ¡Elígeme, Jesús, para ser de tus íntimos!
Ideas: Hoy oramos con el evangelio.
El pasaje es aquel en el que Jesús elige a sus íntimos, a sus apóstoles. Pensemos en algunas ideas que nos pueden ayudar a hacer oración:
1.- ¿A quién escogió? Nos dice el evangelio que escogió a los que él quiso. ¡A los que le dio la gana! No está mal. Porque no se trata de hacer más o menos méritos para que me escoja. Quizás es cuestión de insistirle, de pedirle una y otra vez que me escoja para ser de los suyos. Es más, tengo muchas posibilidades, porque San Pablo dice que escoge siempre a la basura del mundo, a los que no valen nada, para que se demuestre que es él el que hace la obra.
2.- Jesús me escoge un nombre. O me pone un mote, según se quiera. Como hizo con los hijos del Zebedeo, que Cristo les puso el nombre de los ‘hijos del trueno’. ¿Qué nombre me pondrá a mí Jesús? ¿Cómo me conocerá? Es muy importante, porque va a marcar mi relación con él. Señor, ¿quién soy yo para ti?
3.- Mi nombre entre los doce. Puedo leer en voz alta la lista de elegidos y ver mi nombre entre ellos. Imaginarme el momento en el que el Señor dice mi nombre. Estamos muchos esperando ver a quién ha elegido. Va diciendo nombres… Y al fin, dice también el mío. ¿Qué sentimientos tengo? ¡Cómo clama mi corazón en silencio y mis ojos con la mirada suplicante ‘Señor, elígeme’!
4.- Que yo no te traicione, Señor. Y a la vez contemplo cómo Judas, uno de sus amigos se me anuncia que le traicionará. Una última súplica brota de mi corazón para concluir la oración. ¡Qué nunca te deje, Dios mío! ¡Que nunca te deje!