La liturgia de hoy es muy rica, tanto por las lecturas como por el santo que nos presenta: San Juan Bosco.
1. La lectura de la carta de San Pablo a los Hebreos
Destaca la fuerza y la belleza de este pasaje, que nos habla a las claras de lo que Pablo quiere resaltar: la fe que latía en muchos hombres y mujeres del Antiguo Testamento, que les llevó a vencer peligros, sortear dificultades, etc., porque su confianza en Dios era inmensa; y eso pese a que la plenitud de lo que buscaban y anhelaban no la llegaron a conocer: Jesucristo.
“Y todos éstos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido; Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, para que no llegaran sin nosotros a la perfección.”
Que brote en nuestro corazón un doble sentimiento de gratitud y de responsabilidad: gratitud, porque Dios tiene preparado algo mejor para nosotros, algo que no imaginamos siquiera: el conocimiento íntimo y profundo de Cristo.
Responsabilidad, porque hilvanando la frase final de la carta, podemos decir que hay otros a nuestro alrededor que, al igual que los hombres del Antiguo Testamento, no conocen a Cristo, y no llegarán sin nosotros a conocerlo.
2. El salmo de hoy, el 30, dice:
“Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor”
Nos llena de confianza, y puede ser una frase que repitamos durante la oración y durante cualquier momento del día en que nos acordemos.
3. El Evangelio
Nos relata el encuentro de Jesús con un hombre poseído por un espíritu maligno sumamente hostil. Tal encuentro aconteció en la región de los gerasenos.
Jesús entabla conversación con este hombre poseído por una legión de demonios. Jesús domina la situación. Se sabe más fuerte y sabio que el mal espíritu invasor. El pobre hombre, tras resistirse y retarle, termina suplicándole la liberación. Jesús, en efecto, actúa y le libera.
Este hecho acaba espantando a los vecinos de la zona quienes, entre miedos y sospechas, le piden que se marche de allí cuanto antes. El relato finaliza con la negativa de Jesús a la pretensión del curado de ir con él. No pertenecerá al grupo de discípulos íntimos, pero sí será un resuelto misionero:
«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
“El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban”.
¿Qué ha hecho Jesús por mí? ¿Y todavía estoy esperando que me diga: anuncia a los demás lo que he hecho contigo? ¿No me lo ha dicho ya muchas veces? Señor, dame la fuerza para ser tu testigo en medio de mi ambiente de cada día.
4. San Juan Bosco
Es el que faltaba en este día para decirnos que se puede hacer mucho bien con sólo ponerse al lado de la gente con sencillez y audacia, escucharla y darle lo que tenemos, que es mucho más de lo que pensamos.
Pedir a este gran santo educador que también, ahora que vamos a empezar a celebrar los 50 años de la Milicia, nos conceda una verdadera vocación de educadores, que necesitaremos allí donde vayamos para ser verdaderos apóstoles de Cristo. Que no tengamos miedo en cultivar esa vocación en el trabajo con los jóvenes. Y que, si Dios nos llama a plasmarla en los Cruzados de Santa María u otra vocación consagrada en la Iglesia, María nos de la fuerza para decirle que sí.