1 mayo 2012. San José obrero – Martes de la cuarta semana de Pascua – Puntos de oración

1. FIESTA DE SAN JOSÉ OBRERO:

En este año de la fe, a las puertas de conmemorar los 50 años del Concilio, os brindo la entrañable oración del Papa Juan XXIII en la que dispone que nuestro Santo Adalid sea el “patrono” del Concilio:

Oh San José, invocado y venerado como protector del Concilio Ecuménico Vaticano II! Aquí es donde deseamos llevaros, al enviaros esta Carta apostólica precisamente el 19 de marzo, cuando con la celebración de San José, Patrono de la Iglesia universal, vuestras almas podían sentirse movidas a mayor fervor por una participación más intensa de oración, ardiente y perseverante en las solicitudes de la Iglesia maestra y madre, docente y directora de este extraordinario acontecimiento del Concilio Ecuménico XXI y Vaticano II, del que se ocupa la prensa pública mundial con vivo interés y respetuosa atención. Sabéis muy bien que se trabaja en la primera fase de la organización del Concilio con paz, actividad y consuelo […]. ¡Oh San José! Aquí está tu puesto como Protector universalis Ecclesiae. Hemos querido ofrecerte a través de las palabras y documentos de nuestros inmediatos Predecesores del siglo pasado, de Pío IX a Pío XII, una corona de honor como eco de las muestras de afectuosa veneración que ya surgen de todas las naciones católicas y de todos los países de misión. Sé siempre nuestro protector. Que tu espíritu interior de paz, de silencio, de trabajo y oración, al servicio de la Santa Iglesia, nos vivifique siempre y alegre en unión con tu Esposa bendita, nuestra dulcísima e Inmaculada Madre, en el solidísimo y suave amor de Jesús, rey glorioso e inmortal de los siglos y de los pueblos. ¡Así sea!

2. Comienza MAYO, el mes de las flores. “De nuevo, nos tienes ante Ti”. Totus tuus, María. Y la vida se torna más bella, más sencilla, más auténtica, más alegre…porque todo lo hacemos por ¡la Señora, la Madre, la Virgen, la Reina!

3. “Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de ‘cristianos’”.

Comienza la gran epopeya de dos mil años de historia. ¡Cuánto bien realizado! Como su Fundador, “todo lo hizo bien”. Sí, es santa y pecadora. Pero incomparablemente lo que queda son sus LUCES, su labor bienhechora… Y yo, CRISTIANO, soy “cimiento de los que están por venir”, pilar en el que la Iglesia –aquí y ahora- se sustenta. Gracias y ayuda.

4. “Si eres el Mesías, dilo abiertamente". Jesús les respondió: "Os lo he dicho”

Sí, Jesús, Tú eres el Mesías, el rostro humano de Dios, el rostro divino del hombre. Frente a tanto mesianismo que ofrece todo y no da nada, Tú nos ofreces todo y nos das todo.

Como escribió Simeón el Nuevo Teólogo, Tú y el Padre son Uno: “Enviado y salido del Padre, el Verbo descendió y habitó por completo en las entrañas de la Virgen. Estaba plenamente en el Padre, y por entero estaba en este pecho virginal, y entero en todo, él, que nada puede contener...”

Y yo, cristiano, soy hijo de Dios, hijo de María, amigo de San José.

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