1. Introducción: breve biografía de SAN MARCOS
Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la última Cena, donde estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Era un niño cuando Jesús predicaba y probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés.
Era primo de San Bernabé y acompañó a éste y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde, según palabras de San Pablo: "había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad" (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria.
En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Y esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo.
San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de San Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a petición de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar a San Pedro. Esto es lo que se llama "Evangelio según San Marcos".
El Evangelio de Marcos es el más breve de los evangelios incluidos en el Nuevo Testamento y figura como el segundo, pese a que, según la opinión mayoritaria, es el más antiguo de los cuatro evangelios canónicos. Aunque no existe acuerdo sobre la fecha de su composición: suele datarse entre los años 65 y 75, pero algunos autores son partidarios de una datación más temprana. Tradicionalmente se le atribuye a San Marcos, aunque su autor es desconocido. Narra la vida de Jesús desde su anuncio por parte de Juan el Bautista hasta su resurrección.
Tradicionalmente se considera que el evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los 4 evangelios. El de San Lucas tiene 1140 frases. El de San Mateo 1068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús. Dicen los especialistas que el evangelio de San Marcos mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración y que con este escrito contribuyó a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador.
Parece que fue el primer evangelio que se escribió y que de él sacaron mucho material los otros tres evangelistas. San Marcos tiene 105 paisajes y de ellos 93 aparecen en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos. San Lucas reproduce en su evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas.
San Pedro llama a Marcos en sus cartas: "Hijo mío". Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: "Trae contigo a Marcos, porque necesito de su colaboración". Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos apóstoles.
A San Marcos se le suele representar con un león, uno de los cuatro seres vivientes con forma de animal (“tetramorfos”) que aparecen en una escena del Apocalipsis (Apoc 4,6-9). El león se identifica con Marcos porque su evangelio comienza hablando de Juan el Bautista, «Voz que clama en el desierto».
Dice la tradición que San Marcos fue nombrado obispo de Alejandría en Egipto, y que fue en esa ciudad donde fue martirizado por los enemigos de la fe.
2. En medio de la Pascua celebramos la fiesta del evangelista San Marcos. El fue, por vocación del Señor, un instrumentos para hacer llegar su mensaje a todos los lugares y a todos los tiempos a través de su evangelio.
3. Oración preparatoria: Jesús, vida del mundo: en ti brilla para nosotros esperanza de resurrección. Haznos vivir la santidad del misterio pascual. Perfecta libertad de espíritu, sin adherencia a lo creado. Olvido del yo, vida escondida contigo en el Padre, adhesión plena y total a Dios. Luz de Cristo resucitando: disipa nuestras tinieblas de mente y corazón.
4. Petición: Ven Espíritu Santo. Dame tu luz para meditar los pasajes de las lecturas de hoy. Señor, dame tu gracia para llevar a cabo en mi ambiente, con los dones que tu me has dado, mi vocación apostólica, como San Marcos a través de la predicación junto a San Pablo y San Pedro y después escribiendo su evangelio.
5. Puntos para orar (de la lectura de la primera carta del apóstol san Pedro y del evangelio de San Marcos del día de hoy). Leer y meditar despacio:
a. “Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce.”
b. “Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá.”
c. “ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.”
d. “Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.”
6. Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen e invocación: “Santa María, Madre de los apóstoles, Madre mía, en ti confío para llevar la palabra oportuna a los demás que les lleve a tu Hijo.”.
7. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al hacer la oración, pedir perdón y proponer enmienda.