Nos ponemos en presencia de Dios y sentimos a nuestro lado la presencia de Cristo Resucitado. Le pedimos de una forma especial a la Madre que se quede junto a nosotros durante este rato de oración.
La oración de hoy puede consistir, si te ayuda, en hacer un examen sobre nuestra fe. La narración de las distintas apariciones de Jesús en los evangelios es toda una catequesis que hace el Señor para nosotros. Observa que cada una de las apariciones está narrada en los textos sagrados de forma inversamente proporcional a la fe de la persona o grupo al que se aparece:
- La persona con más fe es la Virgen y de su aparición a la Madre no aparece ningún comentario.
- Juan, el discípulo amado, sólo necesita para creer ver cómo han quedado las ropas con que amortajaron a Jesús.
- De Pedro, el texto evangélico no nos cuenta la aparición pero sí dice que “se ha aparecido a Cefas” en cierto lugar.
- A María Magdalena se le aparece y no se da cuenta de nada hasta que Jesús la llama por su nombre: “María”. Entonces ella cree.
- A los discípulos se les aparece por la noche de ese mismo día, en el cenáculo, estando todas las puertas cerradas y pensaban que era un fantasma. Necesitan que Jesús les pida algo de comer para que se den cuenta que es real.
- La aparición de Jesús a los dos discípulos que van camino de Emaús, es muy larga. Estos discípulos están verdaderamente hundidos y no se dan cuenta que Jesús camina con ellos. Jesús les cuenta las escrituras y les demuestra que todo lo que ha sucedido ya estaba profetizado en las escrituras. Ellos se dan cuenta que su corazón ardía escuchando las palabras de Jesús pero siguen sin darse cuenta de nada. Necesitan que Jesús se siente con ellos y celebre la Eucaristía para creer en Él.
- Tomás es el apóstol más incrédulo; es necesaria una aparición sólo para él porque a pesar de los testimonios de sus compañeros no cree. Jesús se le aparece y tampoco cree, es necesario que meta sus dedos en los agujeros de sus manos y su mano en la herida del costado para creer. Hasta dónde Jesús tiene que abajarse.
- Por último, en los Hechos de los apóstoles, se nos narra la conversión de san Pablo. Jesús se aparece a Saulo y lo deja ciego; tras varios días de oración en medio de su ceguera recobra la vista y cree en Jesucristo.
Puedes analizarte y ver en qué lugar de la escala es necesario ponerte. Jesús le dice a Tomás: ¡Porque has visto has creído! Bienaventurados los que creen sin ver.
Terminar la oración con un coloquio con Dios Padre pidiendo, con mucha sencillez la fe: Señor, creo en ti, pero aumenta mi fe.