8 abril 2012. Domingo de Resurrección – Puntos de oración

El evangelio de hoy nos muestra el primer testimonio de Pedro y Juan de la resurrección de Cristo. María Magdalena es la primera mujer que se pone en movimiento y se atreve a acercarse al sepulcro antes del amanecer, cuando todavía estaba oscuro. Todavía no había recibido en su interior la luz deslumbradora de la Vigilia Pascual. En la Pascua la luz invade todos los corazones y los rescata de las tinieblas, de la duda, del temor. Pero, ten paciencia, esta luz avanza va poco a poco.

Todavía está amaneciendo

Hoy es el Domingo de Resurrección, el más solemne de todo el año. No podemos seguir durmiendo. Se nos pide el esfuerzo de dejarnos envolver por la presencia misteriosa de Cristo resucitado. CRISTO VIVE. Esta presencia misteriosa nos arrastra hacia el sepulcro para confirmar con nuestros propios ojos, que el que Vive para siembre, su presencia casi se puede tocar. Pensaba encontrarme con el cuerpo de Cristo muerto. Pero experimento que me encuentro con la Vida. La Vida lo trae todo consigo: el don de la fe, el regalo de la esperanza y el fuego de la caridad.

Y ahora, junto a María que ha sido, la primera visita realizada por Cristo resucitado, me ayudará a permanecer en la escena “como si presente me hallara”.

Te propongo este texto que el P. Morales nos dejó para meditar en estos días de Pascua. Saboréalo despacio

SANTA MADRE DE JESÚS RESUCITADO:

Inúndame con el gozo de la Pascua. Alcánzame y alcánzanos a todos el gozo de la Pascua. Fe creciente, esperanza cierta, alegría desbordante, par imperturbable, amor ardiente.

Santa Madre de Jesús resucitado: Cristo inmolado es nuestra Pascua…

Jesús, vida del mundo: en Ti brilla para nosotros esperanza de resurrección. Haznos vivir la santidad del misterio pascual. Perfecta libertad de espíritu, sin adherencia a lo creado. Olvido del yo, vida escondida contigo en el Padre… Luz de Cristo resucitando: disipa nuestras tinieblas de mente y corazón.

Creemos en tu resurrección. Nuestra fe en Ti es victoria que venza al mundo. Triunfa de impotencias, supera desalientos, frena impaciencias… Por tu santa resurrección, líbranos, Señor.

Triunfador del pecado y de la muerte. Tú nos abres las puertas de la eternidad. Tú eres nuestra vida…Tus santas y gloriosas llagas nos protejan y defiendan”.

Jesús resucitado me recuerda:

No tengas miedo en acercarte a mí con confianza, ya sé que tienes miserias y pecados. No importa, mi Corazón es pura Misericordia.

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