29 diciembre 2012. Quinto día de la Octava de Navidad – Puntos de oración


LUZ PARA ALUMBRAR A LAS NACIONES
Hacer oración en estos días de Navidad es muy sencillo, basta con acercarnos a María, a José y a Jesús para entrar en un diálogo fructífero que llena a fondo nuestra alma.
Pero veamos algunas consideraciones que nos ayuden un poco a centrar este día acompañados por la Palabra de Dios.
San Juan, en su primera carta, nos habla del conocimiento de Dios, que no es otro que cumplir sus mandamientos, en especial el del amor. Así se unen fe y obras. Porque quien dice que está en la luz y no ama a su hermano, vive todavía en las tinieblas y no camina en la luz de Dios, que brilla en Jesucristo, luz para alumbrar a las naciones, como nos dice el Evangelio de hoy con las palabras del anciano Simeón.
Dichoso el anciano Simeón, a quien el paso de los años, en vez de apagar la pupila, le dio una visión más penetrante y descubrir al Mesías, porque el Espíritu Santo moraba en él.
Esto es lo que nosotros venimos buscando a la oración, una mirada capaz de descubrir a Dios, que se presenta en las diversas situaciones de la vida y en las distintas personas con las que nos encontramos.
El Espíritu Santo también mora en nosotros y podemos romper las apariencias de lo que observan nuestros ojos. Vamos a Belén y vemos un Niño, pero como los demás. La fe nos hace descubrir que ese infante es el Hijo de Dios. Miramos a María y a José, y al ver cómo se comportan con el Niño, nos hacen saltar al mundo de lo sobrenatural. Todo nos habla de Dios en medio de una gran sencillez y “normalidad”.
Estos ojos que se nos van abriendo progresivamente nos conducen hasta la contemplación y la adoración.
Una bandera discutida
La intervención de Simeón contiene una proclamación en la primera parte y una profecía en la segunda, y es un compendio de cristología, pues llama a Jesús salvador, luz del mundo y gloria de Israel, prediciendo finalmente su pasión gloriosa.
Este Cristo, que se nos muestra pequeño e indefenso en Belén, está puesto como piedra de escándalo, bandera discutida y signo de contradicción. Que dejará en evidencia la actitud de muchos corazones. Algo que el paso del tiempo ha constatado, pues el Evangelio y Cristo siguen siendo contestados y dividen a los hombres.
Acabemos pidiéndole a nuestra Madre que nos conceda descubrir a Jesús con un ojo limpio y lleno de fe y que seamos valientes a la hora de mostrarlo ante un mundo  que se mueve en la indiferencia religiosa y en el agnosticismo.

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