6 diciembre 2012. Jueves de la primera semana de Adviento – Puntos de oración

1. Jesús finaliza el Sermón del monte con estos versículos que hoy oramos.

2. Son como una advertencia profética ante nuestra actitud de escucha y seguimiento del Maestro.

a. No basta decir "Señor, Señor" para entrar en el reino de los cielos,

b. no basta escuchar simplemente..,

c. es necesario poner por obra lo que se ha escuchado.., y Dios espera de nosotros.

3. Y para que nos queden bien claras las dos actitudes, nos pone como ejemplo esos dos hombres que construyen su casa.., sinónimo de su vida...

a. Aparentemente los dos hacen lo mismo, construyen, pero hay un elemento fundamental que los diferencia en su labor, y no es su esfuerzo o los materiales que emplean.., sino el cimiento sobre el que levantan la edificación... Uno la levanta sobre "roca" y el otro sobre "arena".

b. ¿Qué es un cimiento de roca?

1. La Sagrada Escritura nos muestra no pocas veces que la roca es la figura de Jesucristo.

2. ¿Recordáis lo que dice S. Pablo en 1 Cor. 10,4: "... y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo."

c. ¿Qué es un cimiento de arena?

1. Aquello que no es Cristo, su mensaje, o su evangelio...

4. Jesucristo redondea magistralmente su ejemplo, al decirnos lo ocurrió en el factor tiempo con dichas construcciones,  y ante las adversidades de la vida...

a. La que fue edificada sobre roca no se hundió...

b. La que fue edificada sobre arena se hundió totalmente...

5. Es necesario que edifiquemos nuestra vida con fundamento, si no queremos quedar confundidos al final de la misma. No pocas veces me he preguntado, el por qué edificamos tan superficialmente en la vida no pocos bautizados.., cuando nuestra historia está cuajada de testimonios de buenos constructores..., los santos. He pensado, que hoy bien podíamos hacernos un pequeño test para saber si somos constructores sabios... ¿Te animas? Ahí van las preguntas:

¿Constructor sabio y verdadero?

No

1. ¿Prestamos atención a la Palabra de Dios en nuestra vida?

2. ¿Ponemos por obra lo que esa Palabra nos aconseja?

3. ¿Renunciamos a gustos y caprichos por un bien mayor?

4. ¿Nos dejamos aconsejar por quién tiene autoridad para ello?

5. ¿Sacamos lecciones de nuestros propios fallos..?

6. ¿Utilizamos la oración cuando necesitamos luz?

7. ¿De dónde sacamos fuerzas cuando nos faltan?

8. ¿Perdemos el tiempo, cuando sabemos que está limitado?

9. ¿Para quién y por qué construimos?

10. ¿Deseamos que otros se beneficien de nuestra construcción?

6. No me resisto a terminar estás ideas sin acudir al patrimonio de la Iglesia. ¿Qué dijo alguno de  esos autores preclaros que nos precedieron, sobre el evangelio de este día? Ahí van tres como botón de muestra...

San Jerónimo

Toda predicación de los herejes se funda en arena movediza, que no puede hacerse compacta, y así se desmorona.

San Hilario, homiliae in Matthaeum, 6

También significa con las lluvias las seducciones de los blandos placeres, que se desprenden poco a poco por todas las rendijas (cuando éstas están abiertas) para humedecer la fe, después de las cuales llega el oleaje de los ríos (o torrentes), esto es, el empuje de los placeres más criminales, y de todas partes soplan los vientos con todo su furor, esto es, todo espíritu del poder diabólico entra en la lid.

San Agustín, de sermone Domini, 2, 25

Cuando la lluvia se pone como significando algún mal, se toma por la superstición nebulosa. Los rumores de los hombres se comparan a los vientos, el río a las concupiscencias de la carne, como que corren por la tierra. El que es inducido por las prosperidades es quebrantado por la adversidad, lo cual no teme el que tiene edificada su casa sobre piedra, esto es, el que no sólo escucha los preceptos del Señor, sino que también los practica. Mas se expone a peligro en todas estas cosas aquel que oye y no obra. Ninguno afirma en sí lo que percibe de Dios, ni lo oye, sino practicándolo.

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