1 abril 2013. Lunes de la Octava de Pascua – Puntos de oración


- «Alegraos.»

¡Aleluya¡ significa ¡alabad al Señor! Y nos sabe a esa alegría de que habla el Señor resucitado. La alegría cristiana se resuelve en la alabanza divina. Es alegría para el que antes sufrió lo tristeza. La resurrección es fuente de una alegría que nada nos puede arrebatar pues su causa ya no es caduca y por la fe nos vinculamos directamente con el Resucitado. La liturgia nos invita a unos días de celebración alegre que debe inspirar nuestra oración.

- «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

El vínculo con el Resucitado lo podemos descubrir en un detalle de los evangelios: Jesús usa la palabra hermanos para referirse a los discípulos, esto es una novedad. A lo largo del evangelio solamente encontramos esta forma de proceder en el pasaje del juicio final (“cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” Mt 25, 40). Por la resurrección se inaugura una nueva realidad. Esta unidad personal con Jesucristo nos hace orar a Dios como Padre movidos por el Espíritu, es la oración de Jesús.

«Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.»

La oración nos hace testigos, con el mismo testimonio recibido de los apóstoles. Es el testimonio de la Iglesia por los siglos en todos sus miembros. Cada uno da este testimonio según la gracia de Cristo y su propia colaboración a esta gracia. Hoy, solemnidad de la resurrección prolongada ocho días, pidamos la gracia de ser testigos con nuestras acciones y palabras. El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. No tengamos miedo.

Archivo del blog