13 octubre 2013. Domingo de la XXVIII semana de Tiempo Ordinario (Ciclo C) – Puntos de oración

Invocando la ayuda del Señor, nos disponemos a preparar nuestra oración de mañana. Saboreando aún este día de Nuestra Señora del Pilar, a Ella la invocamos y también le pedimos nos alcance la luz y fuerza del Espíritu Santo.

Vamos a detenernos hoy en cada paso de Jesús que nos muestra el Evangelio. Es el pasaje de la curación de los diez leprosos.
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  • Jesús pasó por… se acerca a la periferia de los corazones (en este caso diez enfermos de lepra).
  • Le solicitan compasión… Jesús veía de qué era necesario sanarles; a veces, si estamos atentos, alguien nos pide ayuda y buscando apoyo en Dios, veremos el mejor modo de hacerlo.
  • Al verlos les dijo; no rechacemos mirar a la necesidad de quien nos solicita para decir una palabra.
  • Id a presentaros; Jesús vincula aquí, el poder de su acción a la obediencia (las causas segundas que dice el P. Morales). Por ello, el fruto de la confianza y obediencia a Jesús les trajo el que quedasen limpios.
  • Uno, al verse sanado, regresó; agradezcamos el vernos mejorados de…Todo es un don. Volvernos, sobre nuestros pasos, hacia El y dedicarnos a “alabar a Dios a grandes voces” (es decir, no callar la misericordia que El ha tenido con nosotros).
  • Se inclinó hasta el suelo; signo de humildad profunda y agradecimiento

El profundo amor de Jesús que cura a diez, es tan delicado que esperaba el agradecimiento de todos ellos ¡pobre Jesús, sólo vino uno!. No quiere que sus dones “se tiren”; recordamos cuando en la multiplicación de los panes dijo; “recoged las sobras, que no se tire nada” (no tirar los milagros de su amor). Por ello, el fruto de su amor incondicional no lo desperdiciemos. Volvámonos constantemente a dar gracias.
Podemos profundizar; hay un bien derramado que hasta el fin del mundo no nos bastará, a  los humanos, a recoger; la preciosa sangre de Cristo en la cruz. Esto lo descubrió Teresita y quiso permanecer allí para recoger y derivarla a todos los corazones “en forma de rosas”.

Preparamos el día de mañana agarraditos de la mano de la Virgen; hoy fiesta del Pilar y mañana, d.m., la consagración, en Roma, del mundo, al corazón inmaculado de María. ¡Ahí es nada!. Si has ido al Pilar de Zaragoza lo que impresiona, antes y después de acceder al inmenso edificio, es que el motivo del mismo viene a ser lo más pequeño; me refiero a la pequeña imagen de la Virgen. Ella, siempre, haciéndose la más pequeña; escondiéndose y el Señor en levantar para Ella una casa inmensa; un millón de corazones que la buscan en lo más escondido.

Otro acontecimiento nos estremece, hoy, de emoción; la canonización de 522 mártires, hermanos nuestros (en la fe y en la sangre).

Nuestra oración de hoy se basa en dos miradas; a María y los testigos de Cristo.

Una actitud; agradecimiento profundo y constante por tanto bien recibido

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