7 octubre 2013. Lunes de la XXVII semana de T.O. – Nª Sª del Rosario – Puntos de oración

Hoy es un día especial para todos los que seguimos estos textos de oración.
¡Qué fácil es ponerse en la presencia de Dios celebrando esta fiesta de la Virgen del Rosario! Por esta razón en este nos tenemos que esforzar en rezar meditando los misterios diferentes que nos propone el Rosario: de gloria, dolorosos, gozosos y luminosos.
Con hacer las lecturas con detenimiento que hoy nos propone la liturgia nos dan materia suficiente para hacer oración durante unos días, no solamente hoy.
Hoy nos propone la profecía de Jonás. ¿En qué se parece esta narración a la vida de Jesús? ¿En algún momento mi vida ha pasado por situaciones parecidas a las de Jonás?
Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez. Jesús después de muerto pasó tres días  en el sepulcro… y resucitó para que nuestra vida  se apoyara en tierra firme. En la fortaleza de la fe. Nuestra vida encuentra su sentido y su objetivo en Cristo. “Si Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos”…nos recuerda San Pablo.
Si pasamos al evangelio de hoy conocido como del “Buen samaritano” también nos puede provocar algunas preguntas. ¿Cuántas veces me he comportado como describe Jesús  al sacerdote y escriba es esta parábola? Para ellos lo importante era la ley escrita. Poco les importaba las obras. Conocían los Diez Mandamientos, pero ¿cómo los vivían?... “Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, y al prójimo, como a ti mismo”.
Y nos describe lo que es eso  de amar a Dios y al prójimo; no hay diferencia en el amor.
Esta es la manera del amor de Dios, del amor de la Iglesia, del amor de María.
No hablan apenas, hacen. “Obras son amores y no buenas razones”
Un samaritano iba de viaje, se dirigía a un lugar lejano con alguna finalidad y para ello se puso en camino. No estaba solamente dando un paseo para pasar el tiempo.
Al ver al hombre, desnudo  medio muerto, apaleado por unos bandidos…
  • Al verlo, al mirarlo,  le dio lástima.
  • Se acercó,
  • Le vendó las heridas,
  • Lo montó en su caballería, lo llevó a una posada
  • y lo cuidó.
  • “Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta”.

¿Estoy dispuesto a hacer algo de lo que nos propone el evangelio de este día?
Ya veo que no es nada fácil, de salir de uno mismo y dar  lo que a veces más nos cuesta, parte de nuestro tiempo. Desprenderme no solamente de lo que sobra, sino de lo que necesito. ¿Doy hasta que me duela como nos recuerda Madre Teresa de Calcuta?
Reconozco que me cuesta, pero la solución está muy cercana, mirar muy despacio a la Virgen del Rosario.

María como Madre, me ha mirado como ese hombre apaleado por unos bandidos. María como madre, porque soy su hijo, me ha mirado, se ha acercado a mí, me ha curado las heridas con bálsamo de su amor, me ha cogido en brazos  y me ha llevado al médico, al Señor, para que me termine de curar… Sólo tengo que reconocer que estoy enfermo, tirado en el camino…

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